Ante Su Presencia tiembla la tierra, destilan los cielos, y se derrite nuestro corazón! Otra vez, vivimos un Domingo inolvidable en La Presencia del Señor.
"Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración.” Hechos 2:42 LBLA
Unas de las cosas que llama la atención es la pasión y el amor que los primeros cristianos tenían por la iglesia. Ellos esperaban con entusiasmo los días de servicio para ir a adorar y escuchar la palabra de Dios, y no sólo escuchaban, sino que lo aplicaban a sus vidas, y fueron bendecidos.
La iglesia primitiva, la iglesia del primer siglo, era una iglesia llena del Espíritu, era una iglesia fuerte, vibrante, saludable y viviente. Esta iglesia primitiva tenía pasión, tenía emoción, vivían en una relación de amor con Jesucristo, y tenían corazones ardientes, no una actitud casual.
La iglesia primitiva era una iglesia de avivamiento, donde las señales y milagros de Dios era algo cotidiano. La clave estaba en que la iglesia del primer siglo "se dedicaba" de manera intencional, es decir ponían en prioridad la obra de Dios y es aquí donde siempre viene el ataque del enemigo.
Esta iglesia tenía 4 objetivos particulares, en primer lugar, se dedicaban en la enseñanza apostólica, a la comunión, el partimiento del pan y a la oración.
La Palabra nos enseña que hay algunas cosas que son esenciales para que funcione la relación que tiene Dios con su amada iglesia.
Si esta iglesia de los primeros tiempos, con una gloria de Dios especial se dedicaban de manera relevante, cuanto más nosotros en estos tiempos que tenemos la promesa de una gloria mayor (Hageo 2.9).
La comunicación es esencial para el buen funcionamiento en cualquier relación, en especial con Dios. Activar la oración nos lleva a tener una comunión intima con el Señor.
¡Fue otro domingo
GLORIOSO! ¡Gracias Amado Señor!
Por Gustavo A. Gomez
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