lunes, 2 de julio de 2012

LA ORACIÓN PROFÉTICA DESATA BENDICIÓN

(Nota de Carlos Roca del equipo de Líderes Pastorales de MCN)

1 Reyes 18:41-46        Elías ora por lluvia
41  Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se oye.
42  Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas.
43  Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces.
44  A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Vé, y dí a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje.
45  Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia.(B) Y subiendo Acab, vino a Jezreel.
46  Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.

        ¿Alguna vez oraste por algo con tanto “fervor” como Elías? ¿Qué pasó?

                          1)  Antecedentes
a) Israel venía de varios años de seguía. ¿Te has sentido alguna vez como atravesando una sequía espiritual? ¿Qué consecuencias trajo a tu vida?

b) La causa de la seguía fue la idolatría. (1 Reyes 16:30-33) 30  Y reinó Acab hijo de Omri sobre Israel en Samaria veintidós años. Y Acab hijo de Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehová, más que todos los que reinaron antes de él. 31  Porque le fue ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomó por mujer a Jezabel, hija de Et-baal rey de los sidonios, y fue y sirvió a Baal, y lo adoró. 32  E hizo altar a Baal, en el templo de Baal que él edificó en Samaria. 33  Hizo también Acab una imagen de Asera, haciendo así Acab más que todos los reyes de Israel que reinaron antes que él, para provocar la ira de Jehová Dios de Israel.

                     ¿Cuál fue la causa de tu sequía espiritual? ¿Pudiste identificarla?

 c) Elías declaró el juicio de parte de Dios, y vino la sequía. (1 Reyes 17:1) Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.(A)

d) Pasados 3 años, Dios le dijo a Elías que vendría la lluvia. (1 Reyes 18:1) Pasados muchos días, vino palabra de Jehová a Elías en el tercer año, diciendo: Vé, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la faz de la tierra.

e) Pero antes de que lloviera, había que remover el pecado que había producir la sequía. Elías se presentó al rey Acab, y le pidió que convocara a todo el pueblo en el monte Carmelo. La nación estaba jugando a dos puntas, y era tiempo de tomar una decisión. Allí los confrontó (1 Reyes 18:21)  Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.

f) Elías desafió a los 450 profetas de Baal, y a los 400 profetas de Asera, a que prepararan un buey para el sacrificio. Elías haría lo mismo con otro buey. Y luego les dijo que el Dios que respondiera con fuego del cielo, ese era el verdadero Dios. (1 Reyes 18:30-32)   Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado.31  Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dada palabra de Jehová diciendo, Israel será tu nombre,32  edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehová; después hizo una zanja alrededor del altar, en que cupieran dos medidas de grano.

·         Al reparar el altar, Elías quería restaurar la adoración al Dios verdadero.
·         Las 12 piedras representaban la unidad del pueblo. Cuando estamos unánimes y juntos (como en Pentecostés), el fuego de Dios desciende.

g) Luego de reparar el altar, lo roció con 12 cántaros de agua, e invocó al Señor. Entonces Dios respondió desde el cielo con fuego. Y el pueblo reconoció al Dios verdadero. (1 Reyes 18:38-39)   Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. 39  Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!

                              2) Elías ora por lluvia
 a) Entendió que era el tiempo de la lluvia (Joel 2:23-24)  Vosotros también,    hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.
 24  Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite.

 Lluvias tempranas: Duran unos pocos días, son ligeras y preparan el terreno para la siembra (otoño = septiembre - octubre).

Lluvias tardías:  Cierran la estación  lluviosa  y sirven  para  completar  la maduración de  las cosechas. (primavera=abril–mayo)

  Cuando Dios manda lluvia, viene cosecha!!! La “lluvia tardía” del Señor dará paso a la última gran cosecha espiritual de vidas.

b) Declaró la Palabra de Dios, y se preparó. (1 Reyes 18:41)  Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se oye.

 ¿Podes escuchar el ruido de la lluvia de bendición que Dios quiere derramar sobre tu vida? ¿Te estás preparando en fe?

c) Elías oró por el cumplimiento de la Palabra. (1 Reyes 18:42)  Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas.

Debemos orar “Venga tu reino, y sea hecha tu voluntad aquí en la tierra como es hecha en los cielos” (Mt 6:10).  Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

d) Persistió hasta ver el milagro. (1 Reyes 18:43-44)  Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces. 44  A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Vé, y dí a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje.

Nosotros también estamos “golpeando las puertas del cielo”, sin parar. Persistiremos hasta ver los milagros.

e) Que la bendición no te detenga. (1 Reyes 18:44-45)  A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Vé, y dí a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje. 45  Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia.(B) Y subiendo Acab, vino a Jezreel.

Cuidado: A veces las bendiciones (lluvia) nos pueden frenar o desviar del propósito de Dios. Cuando la bendición venga, dale la gloria a Dios. Pero no te detengas en cuanto al propósito que Él tiene para tu vida. No sea que termines adorando la bendición, y vuelvas a pecar de idolatría.

f) Corre al propósito de Dios. (1 Reyes 18:46).  Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.

 Prepárate, lo que está por venir sólo lo podrás hacer cuando el poder del Señor venga sobre vos.

Jezreel significa: “Dios esparce”, o “que Dios dé semilla”. El propósito de Dios es esparcir la semilla del Evangelio.

Conclusión
Este es un tiempo de definición, donde Dios te está llamando a decidir a quién le vas a creer, y a quién servirás. Dios demanda santidad, como antesala de la bendición.

Si ya recibiste la Promesa de Dios, ahora prepárate y busca su cumplimiento en oración. Persistí hasta ver el milagro. Cuando la bendición venga, que no te detenga ni desvíe del propósito de Dios.

El Poder del Espíritu Santo vendrá sobre ti, para que esparzas la semilla del Evangelio y muchos sean salvos para la gloria de Dios.

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