(Nota de Angie Acevedo de Gutierrez del equipo de Líderes Pastorales de MCN)
qadôsh
(קָדוישׁ, H6918), «santo». significa «puro» y «consagrado»
Quizás me pregunte…¿Cómo puedo llegar a estar totalmente consagrado y puro?
¿Se puede ser santo para Dios, si en este mundo todo lo que vemos es pecado?
Hay contaminación por doquier… En los medios: sea la
tele, la radio, internet, etc.; entre nuestros amigos y la calle donde miramos
lo que desagrada a Dios se nos refriega en la cara.
¿Se puede realmente ser santo?
Algunos a las carcajadas dirán. “No se puede, eso es
imposible, eso es para los que tienen un don especial, creo que no existe persona que sea perfecta”
Quizás parece
imposible, pero!!!
Dios nos da la solución:
1.
Debo entender que nadie es perfecto.
Cristo nos dejo su ejemplo y
nos mostró que con el amor hacia Dios, voluntad o sea ganas y su precioso Espíritu
que nos ayuda, se puede.
Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Romanos 8:6 Porque la mente puesta en la carne es muerte,
pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz;
Me introduzco en su vida, su
palabra, su presencia. Vivo una vida diferente. No puedo vivir en santidad si
mis ojos ven la misma basura que antes, me sigo juntando con las mismas personas
que hacían cosas indebidas, debo Salir!!!
Santidad, también significa “apartarse”.
Tito 2:22 Huye también de las pasiones juveniles, y
sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio
invocan al Señor. Es TU DESICIÓN el entrar al camino de la santidad!! Con su Espíritu Todo es más fácil, obvio que si no busco su presencia las cosas no las voy a lograr nunca; pero su palabra dice que para Dios “todo es posible”.
3. Debo entender que la contaminación es muerte.
2Corintios 7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Conclusión:
Ahora entiendo que aunque no
soy perfecto decido ser santo, por amor a nuestro amado Señor, sabiendo que su
Espíritu me da la fuerza y fortaleza para cada día no contaminarme, ayudándome
a huir de todo lo que le hará mal a mi vida.
2Corintios 4:16 Por tanto no desfallecemos, antes bien,
aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre
interior se renueva de día en día.
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