Estamos en el
momento en que tenemos que tomarnos de las promesas que Dios nos ha dado, entre
las cuales El dijo que antes que viniera el día grande y terrible, habría una
restauración familiar en el que enviaría a Su siervo Elías para hacer volver el
corazón de los hijos hacia los padres y el de los padres hacia los hijos, y más
adelante en el Nuevo Testamento ya no dice "de los hijos hacia los
padres", sino de los rebeldes hacia la obediencia de los justos, no sea
que venga y hiera la tierra con maldición. Entonces Dios nos dará la
oportunidad de una restauración familiar antes que se den los movimientos de la
gran tribulación.
1 Tes 4:16-17 (LBLA)
“Pues el Señor mismo descenderá del
cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la
trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. 17 Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el
aire, y así estaremos con el Señor siempre.”
Recordemos que la venida del Señor por la Iglesia tiene dos fases:
*Parusía. (Venida en secreto)
En esta faceta el Señor vendrá a buscar a su esposa (un grupo selecto,
no a toda la cristiandad)
Para llevársela a celebrar las bodas del cordero.
(Mientras en la tierra transcurre la gran tribulación)
*Epifanía. (Venida visible a todo el mundo)
En esta faceta es donde vendrá a instalar su reino.
El capítulo que habla del arrebatamiento, viene relacionando temas
importantes que debemos tener en cuenta para estar preparados para este evento,
veamos de qué viene hablando…
1 Tes 4:3-7 (LBLA)
“Por lo demás, hermanos, os rogamos, pues, y os
exhortamos en el Señor Jesús, que como habéis recibido de nosotros instrucciones acerca
de la manera en que debéis andar y agradar a Dios (como de hecho ya
andáis), así abundéis en ello más y más. 2 Pues sabéis qué preceptos os dimos por autoridad
del Señor Jesús.3 Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; es
decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual; 4 que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación
y honor, 5 no en pasión de
concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; 6 y que nadie peque y defraude a su hermano
en este asunto, porque el Señor es el vengador en todas estas
cosas, como también antes os lo dijimos y advertimos solemnemente. 7 Porque Dios no nos ha llamado a impureza, sino
a santificación.”
Vemos que se viene hablando de la santidad.
Justamente el remanente que vendrá a buscar el Señor es una Iglesia sin
manchas ni arrugas.
Entonces tenemos que santificar nuestras vidas, corazón, casas, etc.
En este pasaje vemos que se hace hincapié en el área sexual, entonces
esta es un área importante que debemos cuidar y ordenar. Por ende, entendemos entonces que es importante atender nuestros matrimonios.
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Heb 13:4 (LBLA)
“Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin mancilla, porque
a los inmorales y a los
adúlteros los juzgará Dios.”
·
Fornicación: toda actividad sexual fuera del
matrimonio.
·
Adulterio: todo lo relacionado con el engaño.
¡¡¡Debemos santificar
nuestros matrimonios!!!
Sabemos que la familia es la columna de la sociedad y la columna de la
familia es el matrimonio. Entonces si queremos familias fuertes debemos tener ¡Matrimonios
fuertes!
2cro 26:18
“y se opusieron al rey Uzías, y le dijeron: No te
corresponde a ti, Uzías, quemar incienso al Señor, sino a los sacerdotes,
hijos de Aarón, que son consagrados para quemar incienso. Sal del santuario,
porque has sido infiel y no recibirás honra del Señor Dios”
Uzías hizo algo deshonroso, se metió en una jurisdicción que no le
correspondía. Cuando queremos ocupar un lugar que no nos corresponde caemos en
deshonra.
1-
El matrimonio es honroso cuando se respeta el lugar
del otro.
No es honroso cuando alguno de los dos cónyuges quiere ocupar el lugar
del otro. ¿Cuál es el lugar de cada uno en la familia?
En el diseño de Dios hay jurisdicciones.
1cor 11:3
“Pero quiero que
sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo, y la cabeza de la mujer es
el hombre, y la cabeza de Cristo es Dios.
-El hombre es la cabeza del hogar, así lo estableció Dios. El hombre
llegó primero, es una cuestión de orden.
Las esposas deben sujetarse al esposo porque él es cabeza, respetar ese
lugar, y enseñar a los hijos a respetarlo.
-El esposo por su parte debe amar a su esposa, como Cristo a la
Iglesia.
1 tim 5:14
“Quiero, pues, que las viudas jóvenes se casen,
críen hijos, gobiernen su casa; que no den al adversario ninguna ocasión de
maledicencia”
-La mujer tiene que gobernar bien la casa. La última palabra la tiene
el hombre pero en las decisiones en cuanto al hogar es importante el rol de la
mujer.
Prov 19:11
“Es de sabios tener paciencia,
y es más honroso perdonar la
ofensa.”
2-
El matrimonio es honroso cuándo perdonamos las
ofensas que nos hacemos o que otros hagan.
Prov 20:3 NVI
“Honroso es al hombre evitar la contienda,
pero no hay necio que no inicie un pleito.”
3-
Nuestro matrimonio es honroso cuando evitamos las
contiendas en el hogar
Prov 20:3 BLS
Cualquier tonto inicia un pleito,
pero quien lo evita merece aplausos.
4-
Un matrimonio es honroso cuando aprendieron a
salirse de una pelea.
Tres mandamientos principales que dio Dios a su pueblo.
·
Oye
·
Ama
·
Honra
Estas 3 acciones vamos a llevarlas al matrimonio.
Aprender a escuchar:
Stgo 1:19 LBLA
“Esto sabéis, mis amados hermanos. Pero que cada uno sea
pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira”
¿Cómo escuchar mejor?
1 . Observación
2. Concentración.
3. Consideración.
4. Clarificación.
¿Cómo honrar?
1-No estamos honrando el matrimonio viviendo vanidad, viviendo una
mentira.
Renunciar a la mentira. Reconocer la verdad es el comienzo de la
restauración
Isa 29:13
“Dijo entonces el Señor:
Por cuanto este pueblo se me acerca con sus palabras
y me honra con sus labios,
pero aleja de mí su corazón,
y su veneración hacia mí es sólo una
tradición aprendida de
memoria”
2- Acercando (de verdad) el corazón al cónyuge
Rom 12:10
“Sed afectuosos unos con otros con amor fraternal; con
honra, daos preferencia unos a otros”
3- Dando preferencia al cónyuge.
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