jueves, 1 de febrero de 2018

Cosas que no debe descuidar la iglesia | Martín Salazar


Reconozcamos que Dios provee para nuestras necesidades y de lo que recibimos podemos compartir con aquellos que lo necesitan. Somos bendecidos para bendecir!

Hebreos 13.16
Por lo tanto, por medio de Jesús, ofrezcamos un sacrificio continuo de alabanza a Dios, mediante el cual proclamamos nuestra lealtad a su nombre. Y no se olviden de hacer el bien ni de compartir lo que tienen con quienes pasan necesidad. Estos son los sacrificios que le agradan a Dios.

La iglesia de Cristo no debe descuidar esto, tanto a nivel espiritual como material. Dios nos bendice para que podamos ser de bendición a otros.
No tenemos que descuidar la alabanza en Su Casa y en todo momento de nuestras vidas, son “sacrificios espirituales” que nos corresponden llevar como sacerdotes suyos. 
No tenemos que descuidar el “dar”. Es parte de nuestra responsabilidad como iglesia poder ayudar al necesitado y para ello vamos a tener que ser re-educados en la generosidad. 
El profeta Isaías nos habla de la verdadera esencia que encierra el ayuno como acto espiritual.

Isaías 58.7
¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?

En la iglesia primitiva le daban atención importante al “dar” tanto en relación a compartir la Palabra como ayudar a los necesitados.

Hechos 6.2-4
De manera que los Doce convocaron a todos los creyentes a una reunión. Dijeron: «Nosotros, los apóstoles, deberíamos ocupar nuestro tiempo en enseñar la palabra de Dios, y no en dirigir la distribución de alimento. 3 Por lo tanto, hermanos, escojan a siete hombres que sean muy respetados, que estén llenos del Espíritu y de sabiduría. A ellos les daremos esa responsabilidad. 4 Entonces nosotros, los apóstoles, podremos dedicar nuestro tiempo a la oración y a enseñar la palabra»

Hacer esto no solo bendice la vida del necesitado, sino que también es una manera de evangelizar, y glorificar el nombre del Señor.

El aprender y desarrollar esta actitud que nos enseña? Nos hace más sensibles.

No hay nada peor que una iglesia insensible. Dios va a derramar un avivamiento sobre aquella iglesia que tenga sensibilidad. 

Gálatas 2.9-10
“De hecho, Santiago, Pedro[a] y Juan —quienes eran considerados pilares de la iglesia— reconocieron el don que Dios me había dado y nos aceptaron a Bernabé y a mí como sus colegas. Nos animaron a seguir predicando a los gentiles mientras ellos continuaban su tarea con los judíos. 10 La única sugerencia que hicieron fue que siguiéramos ayudando a los pobres, algo que yo siempre tengo deseos de hacer.”

Dios nos da para compartir con los necesitados con generosidad, nuestro tiempo, amor y recursos, ejemplo:

Ayudar a la familia de la fe. No tiene que haber necesitados en nuestra iglesia.
Ayudar a los familiares. No ser indiferentes a las necesidades de nuestros parientes
Ayudar al prójimo. Arrimar el hombro a alguna persona próxima que conozcamos.

Todos los hijos de Dios estamos habilitados para dar un auxilio real a la sociedad necesitada en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Si lo hacemos así, será evidencia de la sinceridad de nuestra fe y la práctica del amor al prójimo. Somos bendecidos para bendecir!

Ptr Gral Martín Salazar

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