viernes, 5 de julio de 2013

DESTRUYENDO EL ANATEMA PARA OBTENER LA VICTORIA


Publicado por Carlos Roca del Equipo de Líderes Pastorales de MCN.
Introducción
El libro de Josué relata la conquista de Canaán (Tierra prometida) por parte del pueblo de Israel.
Dios les advirtió que los otros pueblos que iban a conquistar eran gente idólatra y pagana. Por eso les mandó que no se contaminaran (Josué 6:18)
La primera ciudad que conquistaron se llamaba Jericó. El resultado fue una gran victoria.
Pero cuando fueron a la segunda ciudad llamada Hai (más pequeña y sin murallas), el pueblo de Israel fue derrotado por sus enemigos.
Pregunta: ¿Alguna vez pasaste por una situación así? ¿Algo que parecía tan fácil de hacer, de repente salió mal?
 
Desarrollo
1) Josué pide una “explicación” a Dios
Leer Josué 7:6-13
Pregunta: ¿Te identificás con Josué en esta oración? ¿Cómo son tus oraciones cuando las cosas salen mal?
 
2) Causas de la derrota
·         Josué no consultó a Dios (se basó en el consejo humano). El 80% de los problemas que tenemos, fue porque nos metimos en cosas sin consultar a Dios.
·         Mandaron sólo una parte del ejército (rompieron el principio de la unidad). Cuando nos creemos seguros en nosotros mismos, nos da la impresión de que solos vamos a avanzar más rápido, y no necesitamos la ayuda de los demás. / “Sólo voy más rápido, pero juntos llegamos más lejos”.
·         Había anatema en el pueblo (pecado) = Se quedaron con objetos que debían ser destruidos.
 
3) Consecuencias del pecado
·         Derrota: “Huyeron delante de sus enemigos(v. 4)
·         Desánimo: “¡Ojalá nos hubiéramos quedado del otro lado del Jordán!” (depresión) (v. 7)
·         Imposibilidad de Victoria: “no podrán hacer frente a sus enemigos” (v. 12.)
·         Dios se hace a un lado: “no estaré más con ustedes” (v. 12)
4) Instrucciones que Dios les dio
·         Levantarse: hay un tiempo para orar, pero hay otro tiempo para actuar.
·         Arrepentirse: “Israel ha pecado, y han quebrantado mi pacto… y han tomado del anatema…” (v. 11)
·         Santificarse: “Santifica al pueblo” (v. 13) (limpieza, purificación, consagración)
·         Acercarse a Dios: “Se acercarán mañana por sus tribus, y luego por familias, y por sus casas”. (v. 14)
 Generalmente cuando sabemos que estamos mal, que hemos “permitido” ciertas cosas en nuestras vidas que a Dios no le agradan, la tendencia es alejarnos de Dios y de la Iglesia.
Pero eso es justamente lo que el enemigo quiere, porque sabe que una oveja lejos del rebaño es presa fácil. Por eso lo que debemos hacer es acercarnos a Dios, y la iglesia. Buscar un Líder Pastoral, un Discipulador que me pueda ayudar, y estar dispuesto a seguir los consejos de amor que nos darán.
Cuando nos acercamos a Dios, y nos hacemos vulnerables delante de su presencia, Él nos empieza a mostrar nuestra condición, y nos revela las causas de la maldición.
Debemos renunciar a:
·         Anatema visible: Objetos que a Dios no le agradan (imágenes, ídolos, estampitas, libros, música, etc.)
·         Anatema invisible: Actitudes y situaciones que guardamos en el corazón y que a Dios no le agradan (orgullo, rencor, mal carácter, falta de perdón, idolatría hacia los hijos, confianza en uno mismo y no en Dios, etc.)
Pregunta: ¿Habrá algo de esto en tu casa, o en tu corazón, que necesites renunciar para recibir libertad y victoria?
5) Cómo ser libres de la Maldición
·         Reconocer el pecado y confesarlo: Jos 7:20-21
·         Renunciar al anatema: v. 23
·         Destruirlo: v. 24-26 – Romper, quemar y sepultar.
·         Recibir el perdón de Dios: “y Jehová se volvió del ardor de su ira(v. 26)
6) Alcanzando la Victoria
Leer Josué 8:1
·         Inmediatamente (ayer estaban en derrota, y hoy tendrían una gran victoria).
·         No temas ni desmayes (el temor te paraliza, te ata al pasado, pero la victoria está por delante)
·         Unidad (todo el pueblo fue a la batalla).
·         Levantarse y subir (dejar atrás el desánimo, la depresión, el fracaso… levántate y subí !!!
·         Ver la victoria (¿te ves sano, libre, prosperado, con tu familia restaurada?)
·         Recibir y creer la Palabra de Dios (“Yo he entregado en tu mano”)
·         Tomar el botín (en toda guerra, hay un botín para el vencedor) ¿Cuál crees que será tu botín de guerra?
·         Clave: Obedecer la estrategia de Dios (hay una estrategia de Dios para cada victoria. Consultarle a Él)}
Conclusión
El pueblo de Dios estaba en derrota, porque había pecado desobedeciendo a Dios, y provocaron su ira.
Por eso Acán tuvo que morir, porque la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23).
Para aplacar la ira de Dios y recibir el perdón alguien debía morir, y luego vendría la victoria.
“Sin derramamiento de sangre no hay perdón”. (Hebreos 9:22)
1.500 años después, el Señor Jesús murió en una cruz, como Acán.
    ACAN                                                          JESUS
Era culpable
 
Era Inocente
Murió por su pecado
Murió por tus pecados, los míos, y los de toda la humanidad.
 
Trajo un perdón de Dios transitorio
Trajo perdón definitivo de Dios (consumado es)
 
Sigue sepultado debajo de un montón de piedras
La gran piedra que cubría la entrada de su tumba fue movida, porque al tercer día RESUCITÓ VICTORIOSO DE ENTRE LOS MUERTOS !!!
 
EN LA VICTORIA DE JESUCRISTO, SOMOS MÁS QUE VENCEDORES!!!
"Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo." (1 Corintios 15.57)
 ·         Que el Espíritu Santo nos revele si hay “anatemas” que nos mantienen en derrota en algún área de nuestras vidas.
·         Arrepentirnos, renunciar y entregarle esos anatemas (visibles e invisibles) al Señor.
·         Recibir la libertad de Dios, y la victoria en el nombre de Jesús.
 Fundamentos Bíblicos
"»No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra." (Éxodo 20.4, NVI)
"»El día que el Señor les habló en Horeb, en medio del fuego, ustedes no vieron ninguna figura. Por lo tanto, tengan mucho cuidado de no corromperse haciendo ídolos o figuras que tengan alguna forma o imagen de hombre o de mujer, o imágenes de animales terrestres o de aves que vuelan por el aire, o imágenes de animales que se arrastran por la tierra, o peces que viven en las aguas debajo de la tierra. De lo contrario, cuando levanten los ojos y vean todo el ejército del cielo —es decir, el sol, la luna y las estrellas—, pueden sentirse tentados a postrarse ante ellos y adorarlos..." (Deuteronomio 4.15-19a, NVI)
"“Maldito sea quien haga un ídolo, ya sea tallado en madera o fundido en metal, y lo ponga en un lugar secreto. Es creación de las manos de un artífice, y por lo tanto es detestable al Señor.” (Deuteronomio 27.15, NVI)
"Adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “¡Ay de las que hacen objetos de hechicería y sortilegios para atrapar a la gente! ¿Acaso creen que pueden atrapar la vida de mi pueblo y salvar su propio pellejo?" (Ezequiel 13.18, NVI)
"Pero sus ídolos son de oro y plata, producto de manos humanas. Tienen boca, pero no pueden hablar; ojos, pero no pueden ver; tienen oídos, pero no pueden oír; nariz, pero no pueden oler; tienen manos, pero no pueden palpar; pies, pero no pueden andar; ¡ni un solo sonido emite su garganta! Semejantes a ellos son sus hacedores, y todos los que confían en ellos." (Salmos 115.4-8, NVI)
"Las costumbres de los pueblos no tienen valor alguno. Cortan un tronco en el bosque, y un artífice lo labra con un cincel. Lo adornan con oro y plata, y lo afirman con clavos y martillo para que no se tambalee. »Sus ídolos no pueden hablar; ¡parecen espantapájaros en un campo sembrado de melones! Tienen que ser transportados, porque no pueden caminar. No les tengan miedo, que ningún mal pueden hacerles, pero tampoco ningún bien.»" (Jeremías 10.3-5, NVI)
"Un buen número de los que practicaban la hechicería juntaron sus libros en un montón y los quemaron delante de todos. Cuando calcularon el precio de aquellos libros, resultó un total de cincuenta mil monedas de plata." (Hechos de los Apóstoles 19.19, NVI)
 "Y Josué dijo al pueblo: Santifíquense, porque el Señor hará mañana maravillas entre ustedes." (Josué 3.5

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