(Enseñanza que compartó Ptor Martín Salazar)
LEER: San Juan 12:24-26 (La Biblia).
¿Cuál es el éxito del servidor (semilla)?
¿Cuál es la manera que nosotros podemos dar frutos?
El secreto de que una semilla pueda dar fruto está en “morir”.
Cuando la semilla no pasa por el proceso de muerte, quedará sola y no dará fruto.
Cuando muere, pasará a otra vida, a otra dimensión donde ahora es ¡una planta!
Nosotros como “granos” que hemos sido sembrados en el Reino de Dios, debemos morir. Es un proceso que no nos gusta, que a veces intentamos evitar. Pero es necesario.
¿Estás en proceso de quebrantamiento y dolor? ¿Estás muriendo para poder dar fruto?
(Morir al pecado, morir al ego, morir a ese modo de vida que llevaba antes cuando andaba sin Cristo, morir a "la carne y sus deseos").
Cuando estás pasando por ese quebrantamiento, tenés que recordar que Dios está obrando en ti para que cumplas propósito. Tienen que matar tu carne; tienen que matar tu “viejo hombre”, para que brote tu esencia, para que se manifieste lo que realmente eres.
El Señor dice que debemos dar mucho fruto. Para ello primeramente hay que morir.
San Juan 15.
(Primero el Padre nos tiene que podar. Aquí otra vez: proceso de quebranto).
Si Dios ha puesto sus ojos sobre mí; no soy cualquier cosa, soy una semilla que contiene vida de Dios. Pero para dar ese fruto primero debo morir.
El precio que hay que pagar para ser su discípulo es “tomar la cruz” (morir). Mat 16:24.
“Si no amas más al Señor que a padre, madre, esposo… no puedes ser su discípulo, su servidor”. Mat 10:37-39. (Y recordemos que Él no nos va a pedir algo que él no haya dado primero. -Juan 3:16- ).
- El joven rico quiso ser discípulo; pero no estaba dispuesto a morir.
(Amaba mucho más sus riquezas).
Dice que se fue triste. (Mat 19:16-22). Rechazar el llamado te hará llevar una vida triste. (aunque materialmente lo tengas todo; serás infeliz).
El muchacho demostró que aunque decía que quería la vida eterna, era algo que anhelaba sólo de labios. (Como muchos cristianos hoy que “de labios” desean la vida de Dios pero no están dispuestos a pagar el precio).
El Reino es vida por vida. Señor aquí está mi vida, te la entrego por ganar la vida tuya, la vida eterna.
Cuando hablamos del fruto del Espíritu, ¿quién no quiere tener el fruto de amor, gozo, paz…? Pero hay que MORIR. Simplemente morir. Y entonces NATURALMENTE empiezan a salir los frutos. Es algo que surge naturalmente, pero cuando la semilla murió. Si no murió la semilla, por más que haga fuerza y lo intente no dará frutos. Tiene que morir. A veces nosotros hacemos fuerza… y es en vano.
Lo nuevo de Dios aflora cuando muere primeramente lo nuestro.
A veces defendemos demasiado nuestra vida. No queremos dejar morir la semilla.
“A mi no me toquen, a mi no me exhorten, a mi no me corrijan…”
“Nadie me va a venir a decir lo que tengo o no tengo que hacer…”
Pero entonces -con esa actitud- quedará la semilla sola y sin fruto.
Juan 12:26 “Si alguno me sirve…”
Notemos: “si alguno quiere servirme, si estás dispuesto, SÍGUEME”.
(Yo lo sigo a Él; no que Él me sigue a mí. Yo me convierto a Él; no al revés)
RECOMPENSAS: (v 27)
Primera cosa: “Donde YO estoy ahí estará el que me sirve”. El Señor está en lugares celestiales, está en victoria, está a la diestra de Dios Padre (ahí estamos con Él). Yo me siento a la mesa con Cristo. Yo reino con Cristo… (esto es exclusivo para los que le servimos).
Segundo privilegio: ¡Honra! Cuánto vale que el Padre te honre??? ¡Esto es impagable!
¡¡¡La Honra de Dios es mucho mejor que la de los hombres!!!
Marcos 10:28 (La recompensa de seguir y servir a Jesucristo)
Por causa de Cristo y del evangelio, muchas veces nos ha tocado dejar estas cosas…
Y el Señor nos dice que recibiremos 100 veces más aquí. Y en el siglo venidero la vida eterna.
“Nadie que se la haya jugado por el Señor quedará sin recompensa” No hay ninguno.
Todo lo que tu hayas dejado por causa de Cristo Dios te dará 100 veces más.
…Y (como si todo esto fuera poco) La vida eterna.
No te desanimes si estás en proceso de quebranto de muerte. Algo nuevo de Dios va a aflorar de ti. Pronto vas a ver que ya no eres una semillita; sino UNA PLANTA.
Si -como semillita- alguno nos come crudo se puede indigestar y morir. Pero si puedo pasar el proceso, -ya como árbol-, yo puedo dar fruto para que la gente venga y coma de nosotros y reciba vida.
Somos llamados a ser parte del “Árbol de la vida” (que dará vida a las naciones). Apoc 22:2
Por sus frutos los conoceréis.
Cuando me traen una manzana de Río Negro yo no necesito ver el árbol para saber que es bueno. Sólo veo y pruebo ese fruto y ya sé que el árbol es bueno.
Nosotros hablamos del “árbol” (Cristo). Representamos a Cristo (la vid verdadera).
No importa si eres “un frutito pequeño” perdido en un pueblo, tu perteneces a “la Vid Verdadera” (Jesucristo). Tu puedes decir: “mi Padre me ha sembrado, Mi Padre me ha podado, me ha limpiado para que lleve mucho fruto y mi fruto permanezca”.
Para dejar de ser una semilla solitaria y transformarnos en una planta que de vida a las naciones…, ES NECESARIO “MORIR”.
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