lunes, 28 de febrero de 2011
DESTRUYENDO FORTALEZAS (PARA LA CONQUISTA DE NUESTRA ALMA)
“Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne”; “porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas”, “derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2° Corintios 10:3-5)
• Estamos involucrados en una batalla espiritual
• Tenemos armas espirituales (estas armas debo tomarlas y usarlas cada día)
• Estas armas son poderosas
• Estas armas tienen un propósito y una finalidad (para derribar y destruir fortalezas)
¿COMO SE PRODUCE UNA FORTALEZA?
• Cada pensamiento afecta mi vida.
• Un pensamiento puede ser nuestro, del Espíritu de Dios o del diablo.
• Estamos involucrados en una batalla espiritual
• Tenemos armas espirituales (estas armas debo tomarlas y usarlas cada día)
• Estas armas son poderosas
• Estas armas tienen un propósito y una finalidad (para derribar y destruir fortalezas)
¿COMO SE PRODUCE UNA FORTALEZA?
• Cada pensamiento afecta mi vida.
• Un pensamiento puede ser nuestro, del Espíritu de Dios o del diablo.
FORTALEZA: Forma de pensar y actuar asimiladas a lo largo de toda una vida.
• Todo empieza con un pensamiento.
• Un pensamiento si lo dejamos produce una serie de argumentos.
• El pensamiento y los argumentos, generan un sentimiento.
• El pensamiento, los argumentos y el sentimiento afectan nuestra forma de ser y de comportarnos.
“Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él…“ (Proverbios 23:7)
• Tú eres lo que piensas.
• Todo logro empieza con un pensamiento.
“Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo”. “Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero”,
“diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo”.
“Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero”.
“No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios”.
“Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón” (Hechos 8:17-22)
“Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase” (Juan13:2)
“Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?”
“Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios”. (Hechos 5:3-4)
• Debemos cerrar la puerta a todo pensamiento en contra de Dios y su Palabra.
¿COMO DERRIBAR ESAS FORTALEZAS?
“derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2° Corintios 10:5)
• Derribar todo argumento.
• Derribando toda altivez que se levante contra el conocimiento de Dios.
• Llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. (Filipenses 4:8)
¿PORQUE ES NECESARIO RENOVAR NUESTRO ENTENDIMIENTO?
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2)
• La renovación del entendimiento cambiará mi vida.
• La renovación viene por la Palabra de Dios y la Oración.
miércoles, 23 de febrero de 2011
SANTA CENA DE RECONCILIACIÓN
6 de marzo - Teatro Hindú Club - Don Torcuato
Una SANTA CENA DEL SEÑOR "Muy Especial".La Consigna: Reconciliación y Nuevo Inicio.
Una oportunidad ideal para que "los hijos pródigos" VUELVAN a la "casa del Padre". Para que los "caídos" y "lastimados" sean ministrados y restaurados; y tengan "un nuevo inicio". Una verdadera Celebración de RECONCILIACIÓN con Dios y entre hermanos.
- Alabanza y Adoración en vivo (una puesta propicia)
- Oración e Impartición para Sanidad y Restauración
- Representaciones y Sorpresas Especiales
- La Ministración de MARTÍN SALAZAR y un gran Equipo Ministerial
6 Marzo 19:30 (puntual)
Teatro Hindú Club. (202 y Av del Golf, a 1 cuad. Estac. Don Torcuato).
(Micros desde "Bancalari" - "Tortuguitas" - "José C Paz" - "San Miguel"...)
+ INFO: 4727-0067 (martes a sábados 10 a 19hs)
iglesiadedontorcuato@yahoo.com.ar
lunes, 21 de febrero de 2011
LOS PASTORES ANDY & MARTÍN SALAZAR VISITANDO HUGUES, PCIA. DE SANTA FE
Nuestros amados pastores con parte de su equipo, este fin de semana estuvieron visitando la localidad de Hugues, Pcia. de Santa Fe, en la iglesia de los pastores Mary y Néstor Benitez.
El pastor Martín Salazar ministró una Palabra Profética e impartió una Unción Apostólica, con un mensaje de parte de Dios; de "Levantarse" "Lavarse" "Unguirse" y "Conquistar con manifestación de Poder".
Fue una fiesta en el espíritu, fuimos llenos del Poder del Espíritu Santo, con manifestación de dones, hubo milagros de sanidad y recibimos palabras proféticas.
El pastor Martín Salazar ministró una Palabra Profética e impartió una Unción Apostólica, con un mensaje de parte de Dios; de "Levantarse" "Lavarse" "Unguirse" y "Conquistar con manifestación de Poder".
Fue una fiesta en el espíritu, fuimos llenos del Poder del Espíritu Santo, con manifestación de dones, hubo milagros de sanidad y recibimos palabras proféticas.
Gracias pastores Néstor y Mary, los felicitamos por tan hermosa congregación y les agradecemos por recibirnos con tanto amor.
Hermanos de Hugues ¡Los amamos! Gracias ...
martes, 15 de febrero de 2011
LAS TRES MAYORES CAUSAS QUE CONTRISTAN AL ESPIRITU SANTO .
Pasaje Bíblico
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”. (Efesios 4:30)
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí” “No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu”. (Samos 51:10-11)
Introducción
En el Cuerpo de Cristo hay una triste realidad; y es que, continuamente, estamos ofendiendo, contristando al Espíritu Santo. Esto sucede porque hay muchos corazones que están endurecidos y han perdido la sensibilidad de su presencia, y por esto no pueden oír su voz. Además, sucede que no estamos conscientes de las tres condiciones que mayor enojo le causan y que más contristan al Espíritu Santo de Dios en nuestras vidas, las cuales son: La Rebeldía, La Falta de Comunión con El y La Falta de Perdón (epidemia que azota en gran manera a la iglesia de Jesús).
El Mensaje: Las tres mayores causas por las que el Espíritu Santo se contrista.
¿Qué significa contristar? Contristar es la palabra griega “lupeo”, que significa tristeza, causar dolor, afligir, entristecer. Nosotros como creyentes, con nuestros actos, podemos hacer que el Espíritu Santo se aflija, se entristezca, y además, podemos causarle dolor. Y cuando Él está contristado en nosotros, automáticamente afecta todo nuestro ser y toda nuestra vida.
La diferencia entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es que el Espíritu Santo es más sensible. Por esto, no apague al Espíritu Santo cuando Él lo está encendiendo del poder y la unción; no apague sus operaciones.
“No apaguéis al Espíritu”. (1Tesalonisenses 5:19)
¿Cómo se apaga al Espíritu? Al no creer en las profecías ni en lo que proviene de Dios, como, por ejemplo, las sanidades; también cuando lo suprimimos en nuestra vida personal y no le dejamos fluir.
“No menospreciéis las profecías”. (Tesalonicenses 5:20)
Hay cosas que causan dolor y tristeza al Espíritu Santo. Tales como:
1. Rebeldía. Ésta va en contra de Dios y de las autoridades establecidas. El origen de la rebeldía está en Satanás.
“Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos”. (Isaías 63:10)
La traducción amplificada de este versículo es: “pero ellos se rebelaron y contristaron al Espíritu Santo”
Existen tres formas principales a través de las cuales se manifiesta la rebeldía, y éstas son:
• Las palabras: murmuración y crítica
• Los razonamientos: cuestionamientos acerca de la autoridad
• Los pensamientos: cuando hay comentarios de murmuración estos provienen de un corazón rebelde.
La rebeldía se puede manifestar como forma de rechazo a la autoridad, y las fuentes de esta rebeldía son:
• El hombre mismo; debido a su naturaleza pecaminosa, la cual produce soberbia, orgullo, amargura y otros.
• Satanás. Él produce rebeldía en el hombre por medio del engaño
Pasos que llevan al hombre a rechazar la autoridad:
Las heridas llevan al: resentimiento, amargura, odio, rebeldía.
Notas importantes para aprender:
• No se deben ver los errores que comete el hombre que está en autoridad, sino la autoridad de la cual está revestido.
• A Dios le corresponde poner y quitar las autoridades.
• Si el hombre en autoridad falla, se equivoca o peca, es a Dios a quien le corresponde actuar.
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”. (Efesios 4:30)
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí” “No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu”. (Samos 51:10-11)
Introducción
En el Cuerpo de Cristo hay una triste realidad; y es que, continuamente, estamos ofendiendo, contristando al Espíritu Santo. Esto sucede porque hay muchos corazones que están endurecidos y han perdido la sensibilidad de su presencia, y por esto no pueden oír su voz. Además, sucede que no estamos conscientes de las tres condiciones que mayor enojo le causan y que más contristan al Espíritu Santo de Dios en nuestras vidas, las cuales son: La Rebeldía, La Falta de Comunión con El y La Falta de Perdón (epidemia que azota en gran manera a la iglesia de Jesús).
El Mensaje: Las tres mayores causas por las que el Espíritu Santo se contrista.
¿Qué significa contristar? Contristar es la palabra griega “lupeo”, que significa tristeza, causar dolor, afligir, entristecer. Nosotros como creyentes, con nuestros actos, podemos hacer que el Espíritu Santo se aflija, se entristezca, y además, podemos causarle dolor. Y cuando Él está contristado en nosotros, automáticamente afecta todo nuestro ser y toda nuestra vida.
La diferencia entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es que el Espíritu Santo es más sensible. Por esto, no apague al Espíritu Santo cuando Él lo está encendiendo del poder y la unción; no apague sus operaciones.
“No apaguéis al Espíritu”. (1Tesalonisenses 5:19)
¿Cómo se apaga al Espíritu? Al no creer en las profecías ni en lo que proviene de Dios, como, por ejemplo, las sanidades; también cuando lo suprimimos en nuestra vida personal y no le dejamos fluir.
“No menospreciéis las profecías”. (Tesalonicenses 5:20)
Hay cosas que causan dolor y tristeza al Espíritu Santo. Tales como:
1. Rebeldía. Ésta va en contra de Dios y de las autoridades establecidas. El origen de la rebeldía está en Satanás.
“Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos”. (Isaías 63:10)
La traducción amplificada de este versículo es: “pero ellos se rebelaron y contristaron al Espíritu Santo”
Existen tres formas principales a través de las cuales se manifiesta la rebeldía, y éstas son:
• Las palabras: murmuración y crítica
• Los razonamientos: cuestionamientos acerca de la autoridad
• Los pensamientos: cuando hay comentarios de murmuración estos provienen de un corazón rebelde.
La rebeldía se puede manifestar como forma de rechazo a la autoridad, y las fuentes de esta rebeldía son:
• El hombre mismo; debido a su naturaleza pecaminosa, la cual produce soberbia, orgullo, amargura y otros.
• Satanás. Él produce rebeldía en el hombre por medio del engaño
Pasos que llevan al hombre a rechazar la autoridad:
Las heridas llevan al: resentimiento, amargura, odio, rebeldía.
Notas importantes para aprender:
• No se deben ver los errores que comete el hombre que está en autoridad, sino la autoridad de la cual está revestido.
• A Dios le corresponde poner y quitar las autoridades.
• Si el hombre en autoridad falla, se equivoca o peca, es a Dios a quien le corresponde actuar.
“Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; pues he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado”,”y vuelve conmigo para que adore a Jehová. (1°Samuel 15:24-25)
“Y no sean como sus padres, Generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, Ni fue fiel para con Dios su espíritu”. (Salmos 78:8)
“¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros”. (Hechos 7:51)
2. La Falta de Comunión con Él. Para lograr esta comunión, tiene que haber compromiso, perseverancia y disciplina. Hay tiempos en los que el Espíritu Santo desea tener comunión con nosotros, pero lo ignoramos, y eso lo contrista.
¿Qué es el compromiso? Es tomar una decisión de calidad por un largo tiempo con todo el corazón y sin volver atrás.
Este es el primer paso para poder tener comunión íntima con el Espíritu Santo. Nosotros mismo tenemos que tomar la decisión de tener comunión con Él todos los días, sabiendo que si no lo hacemos, su obra en nosotros estará obstaculizada.
¿Qué es la perseverancia? Insistir, permanecer, quedarse en un lugar en vez de abandonarlo; consistencia, ser constante con una persona en tarea. En el caso de la comunión con el Espíritu Santo, debemos establecer un compromiso y perseverar en él.
¿Qué es la disciplina? Es someter nuestra carne a servidumbre para lograr una meta. La disciplina no es la meta, sino el medio para llegar a ella. Tener comunión con el Espíritu Santo debe ser nuestra meta.
“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén”. (2° Corintios 13:14)
3. La Falta de Perdón:
¿Qué es la falta de perdón? La falta de perdón es guardar rencor en nuestro corazón hacia una persona que nos hizo un mal o que traicionó nuestra confianza. Tenemos razones para estar heridos; pero, eso no nos da derecho a guardar falta de perdón en nuestro interior, pues eso nos va destruyendo y enfermando poco a poco; a la vez que mantenemos atada a la persona que nos hirió.
¿Qué es perdón? El perdón es una decisión que hay que tomar para soltar, dejar libre a nuestro ofensor. Recuerde que si no practicamos el perdón como estilo de vida, vamos a contristar al Espíritu Santo continuamente. La falta de perdón le abre la puerta al enemigo para traernos enfermedades. Pero recuerde que no se trata tan solo de olvidar lo sucedido, hacer de cuenta que no pasó o negarse a recordarlo, el perdón es una decisión y una conducta que debemos tomar como un estilo de vida.
“Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?” “Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” (Mateo 18:21-22)
Leer “Los dos deudores” (Mateo 18:23-33)
“Y no sean como sus padres, Generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, Ni fue fiel para con Dios su espíritu”. (Salmos 78:8)
“¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros”. (Hechos 7:51)
2. La Falta de Comunión con Él. Para lograr esta comunión, tiene que haber compromiso, perseverancia y disciplina. Hay tiempos en los que el Espíritu Santo desea tener comunión con nosotros, pero lo ignoramos, y eso lo contrista.
¿Qué es el compromiso? Es tomar una decisión de calidad por un largo tiempo con todo el corazón y sin volver atrás.
Este es el primer paso para poder tener comunión íntima con el Espíritu Santo. Nosotros mismo tenemos que tomar la decisión de tener comunión con Él todos los días, sabiendo que si no lo hacemos, su obra en nosotros estará obstaculizada.
¿Qué es la perseverancia? Insistir, permanecer, quedarse en un lugar en vez de abandonarlo; consistencia, ser constante con una persona en tarea. En el caso de la comunión con el Espíritu Santo, debemos establecer un compromiso y perseverar en él.
¿Qué es la disciplina? Es someter nuestra carne a servidumbre para lograr una meta. La disciplina no es la meta, sino el medio para llegar a ella. Tener comunión con el Espíritu Santo debe ser nuestra meta.
“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén”. (2° Corintios 13:14)
3. La Falta de Perdón:
¿Qué es la falta de perdón? La falta de perdón es guardar rencor en nuestro corazón hacia una persona que nos hizo un mal o que traicionó nuestra confianza. Tenemos razones para estar heridos; pero, eso no nos da derecho a guardar falta de perdón en nuestro interior, pues eso nos va destruyendo y enfermando poco a poco; a la vez que mantenemos atada a la persona que nos hirió.
¿Qué es perdón? El perdón es una decisión que hay que tomar para soltar, dejar libre a nuestro ofensor. Recuerde que si no practicamos el perdón como estilo de vida, vamos a contristar al Espíritu Santo continuamente. La falta de perdón le abre la puerta al enemigo para traernos enfermedades. Pero recuerde que no se trata tan solo de olvidar lo sucedido, hacer de cuenta que no pasó o negarse a recordarlo, el perdón es una decisión y una conducta que debemos tomar como un estilo de vida.
“Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?” “Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” (Mateo 18:21-22)
Leer “Los dos deudores” (Mateo 18:23-33)
miércoles, 9 de febrero de 2011
martes, 8 de febrero de 2011
LOS OFICIOS O FUNCIONES DE JESÚS EN LOS CIELOS
Pasaje Bíblico:
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,” “el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo”. (1°Timoteo 2:5-6)
Introducción
Muchos nos hemos preguntado cuales son los oficios de Jesús en los cielos; y hoy vamos a estudiarlos claramente, teniendo en cuenta que:
Después que Jesús resucitó de los muertos, la Palabra de Dios enseña que ascendió a los cielos y se sentó a la diestra del Padre.
El Padre está sentado en su trono en el tercer cielo, Jesucristo está sentado a su diestra y el Espíritu santo está aquí en la tierra.
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,” “el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo”. (1°Timoteo 2:5-6)
Introducción
Muchos nos hemos preguntado cuales son los oficios de Jesús en los cielos; y hoy vamos a estudiarlos claramente, teniendo en cuenta que:
Después que Jesús resucitó de los muertos, la Palabra de Dios enseña que ascendió a los cielos y se sentó a la diestra del Padre.
El Padre está sentado en su trono en el tercer cielo, Jesucristo está sentado a su diestra y el Espíritu santo está aquí en la tierra.
El Mensaje: Los Oficios o Funciones de Jesús en los Cielos.
Oficio o función: Es una labor, un trabajo; y en el caso de Jesús, tiene que ver con la iglesia y con el mundo.
¿Cuáles son los oficios que Jesús está desempeñando en los cielos?
1.- Jesús es nuestro Sumo Sacerdote.
“Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados;” (Hebreos 5:1)
a) ¿Cuál era el trabajo de un sumo sacerdote en el Antiguo Testamento? • Era el que oficiaba todos los sacrificios y ofrendas en el altar a favor del pueblo.
• El sumo sacerdote venía una vez al año a traer y oficiar los sacrificios, las ofrendas, etc., al lugar santísimo.
b) ¿Cuál es el trabajo de Jesús como sumo sacerdote? Ministrar nuestra confesión – Él ministra al Padre lo que usted habla.
“Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús;” (Hebreos 3:1
“Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados;” (Hebreos 5:1)
a) ¿Cuál era el trabajo de un sumo sacerdote en el Antiguo Testamento? • Era el que oficiaba todos los sacrificios y ofrendas en el altar a favor del pueblo.
• El sumo sacerdote venía una vez al año a traer y oficiar los sacrificios, las ofrendas, etc., al lugar santísimo.
b) ¿Cuál es el trabajo de Jesús como sumo sacerdote? Ministrar nuestra confesión – Él ministra al Padre lo que usted habla.
“Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús;” (Hebreos 3:1
En el cielo, su sumo sacerdote es el que se pone de acuerdo con usted. Dele algo con lo cual Él pueda trabajar, como por ejemplo:
• Ofrendas y Diezmos - Cuando entregamos nuestras ofrendas es Jesús quien las recibe.
“Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive”. (Hebreos 7:8)
• Sacrificios de adoración – Él toma nuestra alabanza y adoración y se la ministra al Padre.
“Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre”. (Hebreos 13:15)
Jesús es nuestro sumo sacerdote y ya no necesitamos un hombre en la tierra para que interceda ante el Padre por nosotros.
c) ¿Cómo es este Sumo Sacerdote?
“Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos”; “que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo”. (Hebreos 7:26-27)
• Ofrendas y Diezmos - Cuando entregamos nuestras ofrendas es Jesús quien las recibe.
“Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive”. (Hebreos 7:8)
• Sacrificios de adoración – Él toma nuestra alabanza y adoración y se la ministra al Padre.
“Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre”. (Hebreos 13:15)
Jesús es nuestro sumo sacerdote y ya no necesitamos un hombre en la tierra para que interceda ante el Padre por nosotros.
c) ¿Cómo es este Sumo Sacerdote?
“Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos”; “que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo”. (Hebreos 7:26-27)
“Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios”; (Hebreos 9:24)
“¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”. (Romanos 8:34)
2.- Jesús es nuestro Mediador
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”, (1° Timoteo 2:5)
a) ¿Qué es y que hace un mediador? Es uno que hace la paz entre dos partes. Un mediador es uno que entiende a las dos partes Jesús toma la mano de dios y la mano del hombre y los reconcilia mediante su sangre.
b) ¿Por qué Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres?
• Por lo que hizo en la cruz, Él se dio como rescate por todos. Es el único que murió por la humanidad.
• Porque Jesús es 100% Dios y fue 100% hombre.
Jesús sabe cómo se siente el hombre en su corazón por haber sido hombre, y sabe cómo se siente Dios porque Él es Dios mismo. Él se complace de lo que usted está pasando, entiende su situación, porque Él también fue tentado en todo.
Este mediador abrió los cielos y rompió el velo para que pudiéramos entrar en su presencia sin necesidad de una persona que lo hiciera por nosotros. Usted y yo “no” necesitamos de un hombre para confesar nuestros pecados y que le hable a Dios por nosotros; además, solo Jesús tiene el poder de perdonar nuestros pecados.
3.- Jesús es Intercesor.
¿Qué es interceder? Es intervenir a favor de alguien, intervenir a favor de uno que está condenado. Jesucristo es nuestro mediador y nuestro intercesor.
“Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”. (Hebreos 7:25)
4.- Jesús es nuestro Abogado.
Abogado: Es uno que defiende, que está a su favor aunque todo lo acuse (el abogado siempre defiende, el que acusa es el fiscal; por lo que Jesús nunca nos acusa, sino que nos defiende en todo momento). Jesucristo es nuestro abogado para todas las acusaciones del diablo, Él es el único que levanta nuestra cabeza en cualquier circunstancia, siempre y cuando no tomemos la justicia por nuestra propia mano.
5.- Jesús es nuestro Fiador.
“Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto”. (Hebreos 7:22)
Fiador: Es el que ofrece garantía de solvencia en caso que el deudor no pueda pagar. Jesús es nuestro fiador porque su sangre fue derramada y pagó el precio que ninguno de nosotros podía pagar por sí mismo.
Ilustración I. Según el delito cometido, una persona acusada puede ser puesta en libertad bajo fianza; con tal restricción no puede salir de la ciudad. Incluso a veces, este tipo de personas debe llevar un dispositivo localizador en el tobillo. De esta manera, puede ser monitoreado y saber exactamente donde está todo el tiempo. Se fija la fecha para el juicio en la cual el acusado debe comparecer para que se presenten los cargos y se efectúe la defensa. Esta persona está en continua preocupación durante los días de espera para su juicio; está constantemente pensando, que pasará; se hace preguntas, tales como: ¿me declararán culpable?, ¿podré salir en libertad? Sin embargo, si finalmente lo encuentran culpable, algunas veces no le devuelven la garantía.
Ilustración II. Una vez fuimos pecadores y nuestra conciencia era nuestro acusador, nuestro fiscal diariamente. No teníamos ninguna seguridad de si al morir íbamos a ir al cielo o al infierno. Estábamos vacios y preocupados todo el tiempo. Entonces, el día del juicio llegó, el veredicto del Padre fue: “Culpable”. Pero, nuestro abogado se levantó y dijo yo soy el fiador y respondo por él, y nos libró de la condena que nuestro pecado merecía.
jueves, 3 de febrero de 2011
¡TRANSFÓRMAME SEÑOR!
Pasaje Bíblico
¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel. (Jeremías 18:6)
Introducción
El mundo siempre habla de cambios, pero todo lo que dicen que va hacer y dejar de hacer, es por su propia fuerza; por esto es que, siempre están en lo mismo y no consiguen cambiar. Es muy importante que reconozcamos que los cambios no los podemos hacer en nuestras propias fuerzas.
Por eso, vamos a hacer un compromiso de decir ¡Transfórmame tú Señor! Dios quiere transformar nuestra vida, pero desea nuestra participación en el asunto. Hay algo que Dios nunca va a poder hacer, y es la parte que nos corresponde. En otras palabras hacemos lo que debemos hacer y Dios hace lo que Él quiere. Dios nos dice: “haz lo que tú puedes y yo hago lo que quiero”. Dios necesita un poco de nosotros, para bendecirnos y transformarnos y hacer lo que anhela hacer en nuestras vidas.
El Mensaje: ¿Qué debemos hacer para que Dios nos Transforme?
Preguntémonos: ¿Qué es lo más difícil de hacer para Dios? ¿Será sanar un leproso? ¿Será sanar a una persona con Sida? ¿Levantar un muerto? ¿Abrir el Mar Rojo? ¿Hacer un milagro financiero? .Pues, ¡NO! Lo más difícil para Dios es transformarnos a nosotros.
Por ejemplo, ¿cuántos años le ha tomado a Dios cambiarle su mal carácter? Mucho, ¿verdad? ; ¿Por qué? Porque en este proceso, está involucrada nuestra voluntad; depende de que usted quiera el cambio.
¿Cuánto tiempo le ha llevado a Dios llevarlo a ser un hombre o una mujer valiente, segura y llena de fe? Por eso es que, cuando Dios logra formar o transformar a un hombre, lo guarda de una manera especial debido a que ya ha hecho una inversión en él y no está dispuesto a perderla.
¿Cuál es la inversión que Dios ha hecho en nosotros?
Dios ha invertido en nosotros su gloria (tiempo, dinero, conocimiento, virtud, dones, unción), que es un tesoro derramado en vasos de barro, para la excelencia del poder de Él y no de nosotros. Todo lo que tenemos es de Dios. Toda habilidad, don talento que tengamos es de Él, y nada lo podemos ofrecer, excepto nuestra obediencia y nuestra voluntad.
¿Qué nos sucederá si no hay una transformación en nuestro corazón?
• No recibiremos las bendiciones que Él tiene para nosotros.
• Dios no nos podrá usar como Él desea.
• Nos seguiremos haciendo daño a nosotros mismo y a otros. Esto lo ve usted en creyentes que nunca cambian, “son los mismos ayer y hoy”.
¿Qué debemos hacer para que Dios nos transforme?
• Acercarnos
¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel. (Jeremías 18:6)
Introducción
El mundo siempre habla de cambios, pero todo lo que dicen que va hacer y dejar de hacer, es por su propia fuerza; por esto es que, siempre están en lo mismo y no consiguen cambiar. Es muy importante que reconozcamos que los cambios no los podemos hacer en nuestras propias fuerzas.
Por eso, vamos a hacer un compromiso de decir ¡Transfórmame tú Señor! Dios quiere transformar nuestra vida, pero desea nuestra participación en el asunto. Hay algo que Dios nunca va a poder hacer, y es la parte que nos corresponde. En otras palabras hacemos lo que debemos hacer y Dios hace lo que Él quiere. Dios nos dice: “haz lo que tú puedes y yo hago lo que quiero”. Dios necesita un poco de nosotros, para bendecirnos y transformarnos y hacer lo que anhela hacer en nuestras vidas.
El Mensaje: ¿Qué debemos hacer para que Dios nos Transforme?
Preguntémonos: ¿Qué es lo más difícil de hacer para Dios? ¿Será sanar un leproso? ¿Será sanar a una persona con Sida? ¿Levantar un muerto? ¿Abrir el Mar Rojo? ¿Hacer un milagro financiero? .Pues, ¡NO! Lo más difícil para Dios es transformarnos a nosotros.
Por ejemplo, ¿cuántos años le ha tomado a Dios cambiarle su mal carácter? Mucho, ¿verdad? ; ¿Por qué? Porque en este proceso, está involucrada nuestra voluntad; depende de que usted quiera el cambio.
¿Cuánto tiempo le ha llevado a Dios llevarlo a ser un hombre o una mujer valiente, segura y llena de fe? Por eso es que, cuando Dios logra formar o transformar a un hombre, lo guarda de una manera especial debido a que ya ha hecho una inversión en él y no está dispuesto a perderla.
¿Cuál es la inversión que Dios ha hecho en nosotros?
Dios ha invertido en nosotros su gloria (tiempo, dinero, conocimiento, virtud, dones, unción), que es un tesoro derramado en vasos de barro, para la excelencia del poder de Él y no de nosotros. Todo lo que tenemos es de Dios. Toda habilidad, don talento que tengamos es de Él, y nada lo podemos ofrecer, excepto nuestra obediencia y nuestra voluntad.
¿Qué nos sucederá si no hay una transformación en nuestro corazón?
• No recibiremos las bendiciones que Él tiene para nosotros.
• Dios no nos podrá usar como Él desea.
• Nos seguiremos haciendo daño a nosotros mismo y a otros. Esto lo ve usted en creyentes que nunca cambian, “son los mismos ayer y hoy”.
¿Qué debemos hacer para que Dios nos transforme?
• Acercarnos
¿Qué significa acercarse?
Empezar a hacer y amar lo que Dios hace y ama. Al acercarnos a Dios, vamos viendo nuestros defectos y faltas. Acercarse, significa leer la Palabra, orar, estar en su presencia; pues es allí. Que somos transformados. Veamos algunos factores resultantes de acercarnos a Dios:
a) El acercarse a Dios es un bien.
“Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras. (Salmos 73:28)
b) Acercarse de labios solamente, no es suficiente.
“Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado”; (Isaías 29:13)
c) Acercarse con un corazón sincero.
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. (Hebreos 4:16)
Ilustración: Imagínese usted que Dios diga: “El domingo me está adorando y el lunes me estás mintiendo en tu trabajo”, “el domingo me adoras y durante la semana no le hablas a nadie de mí”, “el domingo me adoras y el sábado estuviste en el boliche bailando” El acercarse a Dios y honrarlo con nuestros labios, no es suficiente para cambiar, solamente lo podemos lograr con su Presencia.
Cuando nos acercamos a Él, nos damos cuenta de la necesidad de cambios en nuestras vidas. Cuando estamos en su presencia, nos son reveladas las áreas que necesitamos transformar, y solamente lo podemos lograr con su presencia.
• Olvidar lo pasado.
Hay personas que son víctimas del pasado y no quieren olvidar lo que les hicieron.
“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. (Isaías 43:18-19)
La razón por la cual Dios no ha hecho algo nuevo en nosotros, es porque todavía estamos recordando el pasado; y tomamos muchas actitudes incorrectas como: lamentarnos, quejarnos, hablar de las victorias del pasado y de cómo Dios nos usaba, seguir con falta de perdón hacia el hermano que nos hirió, entre otros.
“Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría. (Eclesiastés 7:10)
No obstante, si le fallaste al Señor, ten presente que Él es un Dios de segundas oportunidades.
“Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad”. (Lamentaciones 3:22-23)
• El estar conformes con la condición actual y no odiar el pecado lo suficiente.
“El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco”. (Proverbios 8:13)
Muchos están conformes como se encuentran en este momento y por eso no ven los cambios; porque hasta que no odien lo suficiente la condición de estar desagradando a Dios. El no puede empezar a hacer cosas mejores en nuestra vida
¿Está enojado por la falta de perseverancia, por el mal carácter, por no llevar fruto en el evangelismo, por no ser un buen padre, madre o hijo? ¿Estás enojado por ser un chismoso; por ser un creyente de doble ánimo, que vive de emociones, sintiéndose rechazado, supersensible y con falta de perdón? ¿Está enojado, harto cansado de los vicios, la pornografía, el alcohol? Si la respuesta es sí, entonces está listo para que Dios lo transforme.
Hay muchas mañas, vicios y costumbres, las cuales tenemos que desechar de nuestro sistema; y es en ese momento, que le damos derecho a Dios a Transformarnos.
Para desarrollar el temor de Dios en nuestras vidas, debemos amar lo que Dios ama y odiar lo que Él odia; en esto consiste el temor a Dios.
• El reconocimiento de nuestra condición.
Reconocimiento: es un acto humilde por medio del cual aceptamos abiertamente nuestras faltas, sin justificarnos ni excusarnos. En el momento en que reconocemos y le admitimos a Dios, a nosotros mismos y a los demás nuestras falta y debilidades, Dios empieza a obrar y transformarnos.
• La perseverancia en buscar la cura.
Perseverar es persistir, mantenerse firme en una actitud, en este caso, en buscar la cura. Para eso, hay algunas cosas que debemos hacer:
Buscar versículos bíblicos que hablen de su problema; medítelos y vívalos.
Busque liberación y sanidad interior.
Distinguir si es una obra de la carne, o una influencia demoniaca.
• Renunciar a lo que debemos transformar.
Debemos morir a lo que desagrada a Dios. Cuando alguien renuncia a algo, está diciendo: “…esto ya no lo quiero en mi vida”
“… enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, (Tito 2:12)
Empezar a hacer y amar lo que Dios hace y ama. Al acercarnos a Dios, vamos viendo nuestros defectos y faltas. Acercarse, significa leer la Palabra, orar, estar en su presencia; pues es allí. Que somos transformados. Veamos algunos factores resultantes de acercarnos a Dios:
a) El acercarse a Dios es un bien.
“Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras. (Salmos 73:28)
b) Acercarse de labios solamente, no es suficiente.
“Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado”; (Isaías 29:13)
c) Acercarse con un corazón sincero.
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. (Hebreos 4:16)
Ilustración: Imagínese usted que Dios diga: “El domingo me está adorando y el lunes me estás mintiendo en tu trabajo”, “el domingo me adoras y durante la semana no le hablas a nadie de mí”, “el domingo me adoras y el sábado estuviste en el boliche bailando” El acercarse a Dios y honrarlo con nuestros labios, no es suficiente para cambiar, solamente lo podemos lograr con su Presencia.
Cuando nos acercamos a Él, nos damos cuenta de la necesidad de cambios en nuestras vidas. Cuando estamos en su presencia, nos son reveladas las áreas que necesitamos transformar, y solamente lo podemos lograr con su presencia.
• Olvidar lo pasado.
Hay personas que son víctimas del pasado y no quieren olvidar lo que les hicieron.
“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. (Isaías 43:18-19)
La razón por la cual Dios no ha hecho algo nuevo en nosotros, es porque todavía estamos recordando el pasado; y tomamos muchas actitudes incorrectas como: lamentarnos, quejarnos, hablar de las victorias del pasado y de cómo Dios nos usaba, seguir con falta de perdón hacia el hermano que nos hirió, entre otros.
“Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría. (Eclesiastés 7:10)
No obstante, si le fallaste al Señor, ten presente que Él es un Dios de segundas oportunidades.
“Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad”. (Lamentaciones 3:22-23)
• El estar conformes con la condición actual y no odiar el pecado lo suficiente.
“El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco”. (Proverbios 8:13)
Muchos están conformes como se encuentran en este momento y por eso no ven los cambios; porque hasta que no odien lo suficiente la condición de estar desagradando a Dios. El no puede empezar a hacer cosas mejores en nuestra vida
¿Está enojado por la falta de perseverancia, por el mal carácter, por no llevar fruto en el evangelismo, por no ser un buen padre, madre o hijo? ¿Estás enojado por ser un chismoso; por ser un creyente de doble ánimo, que vive de emociones, sintiéndose rechazado, supersensible y con falta de perdón? ¿Está enojado, harto cansado de los vicios, la pornografía, el alcohol? Si la respuesta es sí, entonces está listo para que Dios lo transforme.
Hay muchas mañas, vicios y costumbres, las cuales tenemos que desechar de nuestro sistema; y es en ese momento, que le damos derecho a Dios a Transformarnos.
Para desarrollar el temor de Dios en nuestras vidas, debemos amar lo que Dios ama y odiar lo que Él odia; en esto consiste el temor a Dios.
• El reconocimiento de nuestra condición.
Reconocimiento: es un acto humilde por medio del cual aceptamos abiertamente nuestras faltas, sin justificarnos ni excusarnos. En el momento en que reconocemos y le admitimos a Dios, a nosotros mismos y a los demás nuestras falta y debilidades, Dios empieza a obrar y transformarnos.
• La perseverancia en buscar la cura.
Perseverar es persistir, mantenerse firme en una actitud, en este caso, en buscar la cura. Para eso, hay algunas cosas que debemos hacer:
Buscar versículos bíblicos que hablen de su problema; medítelos y vívalos.
Busque liberación y sanidad interior.
Distinguir si es una obra de la carne, o una influencia demoniaca.
• Renunciar a lo que debemos transformar.
Debemos morir a lo que desagrada a Dios. Cuando alguien renuncia a algo, está diciendo: “…esto ya no lo quiero en mi vida”
“… enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, (Tito 2:12)
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