Josué 1:1-2 LBLA Sucedió después de la muerte de Moisés, siervo del SEÑOR, que el SEÑOR
habló a Josué, hijo de Nun, y ayudante de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha
muerto; ahora pues, levántate, cruza este Jordán, tú y todo este pueblo, a la
tierra que yo les doy a los hijos de Israel.
El nombre Josué, en el idioma hebreo se dice
“Yejoshúa” (H3091) y significa Salvado de Jehová. Podemos ver también
que Josué era hijo de Nun (H5126) cuyo significado es perpetuidad. Es interesante
que el Señor al dirigir Sus palabras a Josué lo primero que hace es ordenarle
dos cosas: (1) levántate y (2) cruza este Jordán. La palabra Jordán
quiere decir el que desciende. Josué era ayudante de Moisés, es decir,
que él le servía al Señor mediante la ayuda que ofrecía a Moisés; pero al
momento en que Dios le habla a Josué y le ordena que se levante, vemos en la
Escritura que Moisés había muerto, razón por la cual entendemos que en ese
momento Josué se encontraba abatido, afligido, postrado en el suelo a causa del
momento que se encontraba viviendo, no solo él sino también el pueblo de
Israel, pues su líder había muerto.
Todos nosotros, que le servimos al Señor,
debemos saber que este es un privilegio que Dios nos concede y que sin importar
que tipo de servicio nos haya tocado ejercer, necesitamos llevarlo a cabo con
amor y excelencia, pues aunque pensemos que tal vez nadie nos ve o ni siquiera
conocen el área en la cual servimos; Dios sí nos está viendo allá en lo secreto
y nos está formando y en su momento nos llamara, tal como vemos le sucedió a
Josué. El servicio es una bendición, sin importar cuál sea el mismo, pues
a quien le servimos es a Dios.
Una vez se levantara Josué, lo próximo a hacer
era cruzar el Jordán; es decir, él debía atravesar la circunstancia que lo
estaba deteniendo y llegar al otro lado; el Señor no quería que él que se
quedara postrado donde estaba ni que tuviera temor, pues Dios tenía planes para
su vida. De la misma manera nos dice Dios a nosotros; pues es necesario que nos
levantemos del lugar donde hemos estado postrados, pensando tal vez que no
podremos salir adelante ni obtener la victoria. Es una orden que el Señor
nos da para que dejemos atrás todo desánimo y hagamos las cosas que Dios nos ha
pedido que realicemos. Debemos actuar en fe y en obediencia a la voz de
Dios, sabiendo que Él ha prometido que no nos dejara ni desamparara.
1 Crónicas 28:20 BLS Además, David le indicó a Salomón quiénes quedarían bajo sus órdenes y lo
ayudarían a construir el templo: los sacerdotes y sus ayudantes, que por turnos
prestarían sus servicios en el templo de Dios; los obreros expertos en trabajos
manuales; los jefes y todo el pueblo en general. Luego, David le dijo a
Salomón: «¡Sé fuerte y valiente! ¡Cumple con tu trabajo y construye el templo
de Dios! ¡No tengas miedo ni te desanimes, porque Dios siempre estará contigo!
Él no te dará la espalda ni te abandonará».
En el versículo anterior vemos que el rey David
le dice a su hijo Salomón las mismas palabras que Dios le dijo a Josué; se
fuerte y valiente. El rey David es figura de nuestro Señor Jesucristo y Sus
palabras para nosotros es que seamos fuertes y valientes. Si a Salomón y a
Josué se les dice que se esfuercen y sean valientes es porque en algún momento
ellos iban a tener miedo y sus fuerzas iban a menguar.
Lamentablemente, hoy día muchos cristianos dejan
de esforzarse por lo que terminan alejándose de la voluntad de Dios. Es
necesario que batallemos en contra del desánimo y de los temores que el enemigo
de nuestra alma quiere plantar en nuestra mente para desviarnos del propósito
de Dios y que no cumplamos Su plan divino. Ahora bien, la valentía se
puede llegar a perder también como consecuencia de las cosas que vemos, que
oímos y que finalmente terminamos declarando por nuestros labios; pues si
prestamos atención solo a cosas negativas y permitimos que la gente nos
ministre cosas que no vienen del corazón de Dios, tarde o temprano tendrán
efecto en nuestra mente y alma, por lo que nos debilitamos y atemorizamos. El
Señor nos alienta y nos dice que no debemos temer, sin importar cuál sea el
gigante que se ha levantado en contra nuestra, pues Él es quien nos sostiene y
nos defiende. Es necesario que seamos definidos en lo que concierne al
Señor y depositemos nuestra confianza plenamente en Dios y Sus promesas.
1 Crónicas 28:20 RV 1960 Dijo además David a Salomón su hijo: Anímate y esfuérzate, y manos a la
obra; no temas, ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; él no
te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de
la casa de Jehová.
En esta versión de la Biblia se utiliza la
palabra anímate; entonces vemos que hay personas que no están animadas.
Cuando el gigante viene contra nosotros, él ataca nuestras emociones para hacer
que nos entristezcamos y le demos paso al desánimo el cual nos conducirá a que
desmayemos.
Los dardos del enemigo son lanzados a nuestra
mente. Debemos batallar contra esos pensamientos negativos con los que
nos han estado saeteando y vencerlos. Si permitimos que los dardos del
enemigo queden en nuestra mente, entonces bajaran a nuestro corazón y afectaran
nuestra vida a través del desánimo. Los enemigos de la fuerza y valentía son el
temor y el desmayo. El temor inhabilita a las personas para ejercer
apropiadamente algún cargo en específico.
1 Samuel 17:50 RV 1960 Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo
mató, sin tener David espada en su mano.
En el contexto de este pasaje bíblico vemos que
el pueblo de Israel estaba atemorizado a causa del gigante Goliat, quien se
oponía al pueblo y con sus palabras los amedrentaba. Sin embargo, vemos que
David no se dejó intimidar ni oyó sus palabras; sino que él enfrentó al gigante
con valentía pues David confiaba plenamente en el Señor y sabía que le daría la
victoria. Cuando nosotros nos detenemos a escuchar palabras negativas o hacemos
caso a lo que el enemigo de nuestra alma quiere hacernos creer, nos volvemos
vulnerables a sus ataques porque dejamos de creer en Dios. Es importante
que nos guardemos de todo aquello que escuchamos y que es contrario a lo que
Dios nos ha dejado escrito en Su bendita palabra.
2 Crónicas 32:7 LBLA Sed fuertes y valientes; no temáis ni os acobardéis a causa del rey de
Asiria, ni a causa de toda la multitud que está con él, porque el que está con
nosotros es más poderoso que el
que está con él.
2 Crónicas 32:7 BLS «¡Tengan confianza y sean valientes! ¡No se desanimen ni les tengan miedo
al rey de Asiria y a su gran ejército! Nosotros somos más poderosos.
El rey de Asiria tipifica a aquel que se opone a
todo lo que es de Dios. Hay que tener en cuenta que Dios está de nuestro
lado y Él es más poderoso que cualquier circunstancia adversa que nos sobrevenga,
por lo que no debemos temer lo que nos pueda hacer el hombre, ni a ningún
ataque del enemigo, pues ciertamente Dios pelea por nosotros y nos defiende.
2 Crónicas 28:20 LBLA Y vino contra él Tilgat-pilneser, rey de Asiria, y lo afligió en vez de fortalecerlo.
Las personas se sienten en estreches porque
están siendo oprimidas por el enemigo pero nosotros hemos sido llamados a
libertad. Es necesario que nos levantemos como valientes guerreros y
peleemos la buena batalla de la fe; que no se aflija nuestro corazón sino más
bien confiemos en el fiel cumplimento de las promesas de Dios.
1 Crónicas 28:20 RV 1960 Dijo además David a Salomón su hijo: Anímate y esfuérzate, y manos a la
obra; no temas, ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; él no
te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de
la casa de Jehová.
Una de las promesas del Señor es que estará con
nosotros. Él no nos desamparara ni nos dejara hasta terminar la obra que
comenzó en nosotros. Si creemos en estas promesas no tendremos temor.
Josué 1:5 RV 1960 Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como
estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.
Otra de las promesas que el Señor nos ha dejado
escritas en Su bendita palabra es que nadie nos podrá hacer frente en todos los
días de nuestra vida, pues Él estará con nosotros así como estuvo con Moisés.
Deuteronomio 31:8 RV 1960 Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te
desamparará; no temas ni te intimides.
Declaremos las promesas del Señor sobre nuestra
vida día con día y que no se desaliente nuestro ser al momento de atravesar
desiertos o valles, pues Dios estará con nosotros en todo tiempo y lugar; mas
Él nos ha dado la orden de ser fuertes y valientes; de no temer ni desmayar y
debemos ser obedientes a Su voz. Es hora de levantarnos del lugar en el
que hemos estado postrados y cruzar el Jordán con rumbo hacia la conquista,
confiando plenamente en el Señor.
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