lunes, 2 de marzo de 2015

EL DÍA EN QUE DIOS CERRÓ LA PUERTA

Lucas 17:26-27  Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.   Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. 
 Génesis 7:16  Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta.
 La historia del arca de Noé es bastante popular, recientemente hasta se filmó una película inspirada en ella.
De niños, a muchos nos enseñaron que Dios le dijo a Noé que construyera un gran barco e introdujera en él a todas las especies de animales porque iba a haber un diluvio que inundaría todo el mundo. Por causa de la maldad del hombre Dios tomó la decisión de empezar de nuevo, y como Él es el dueño de todo, lo hizo así.
No obstante, y a diferencia de muchos ateos que califican a Dios de cruel, hubo un largo tiempo para que aquellos que hacían lo malo cambiaran sus caminos: fue el tiempo que duró Noé construyendo el arca. Fueron años, décadas enteras de trabajo en algo que no tenía precedentes. Viéndolo la gente lo calificaron de loco, demente, etc.
Pero jamás decidieron dejar atrás la maldad y entrar al arca, sino solo hasta el día en que la lluvia comenzó a caer y “Jehová cerró la puerta.”
La historia del arca no es solo un relato entretenido. Jesús la utilizó para recordar que el día de su venida tendrá bastantes similitudes con los días de Noé y por lo tanto debemos estar listos.
Veamos algunas de esas similitudes:
 
I. LA SITUACIÓN DE LOS HOMBRES
     A. La maldad era mucha.
Génesis 6: 5  Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
Dice este versículo que los hombres solo pensaban en hacer lo malo. Dicho en otros términos, no tenían en cuenta a Dios para nada. Solo pensaban en auto complacerse, en el placer y la diversión. Podríamos deducir que también había criminalidad como la hay hoy: asesinatos, complots, riñas, embriaguez, etc. Concretamente, la situación era de extrema maldad.
B. Todo parecía normal.
 Lucas 17: 26-27. Lucas 17:26-27  Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.   Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.
Hay un detalle a tener en cuenta y que Jesucristo mismo mencionó: “comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento.” Podríamos decir que, por más que Noé seguía construyendo su arca con dedicación día a día, aparentemente no pasaba nada. Todo seguía normal. Quizá la gente decía “allá está el loco Noé con su familia construyendo una gran casa flotante.”
Hoy en día parece que todo sigue igual también. Sí, hay maldad, corrupción, impunidad, guerras… pero de Dios y su venida, la verdad no ocurre nada.
¿No creen que las situaciones se asemejan?
II. HUBO TIEMPO PARA ARREPENTIRSE
A.   La paciencia de Dios.
 I Pedro 3: 20.   Los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas…”.
Si hoy en día con todos los elementos tecnológicos, los avances científicos y la mano de obra calificada, construir un barco toma mucho tiempo; ¡imagínese lo que tardó Noé solo con sus tres hijos y cuatro mujeres! Ellos no eran arquitectos, es más, iban a ser los primeros en construir una cosa así. No tenían maquinaria pesada ni mucho menos. ¿Cree usted que este es un detalle que puede pasar inadvertido? ¿No cree que si Dios hubiese querido simplemente enviaba un crucero ya construido con los materiales más resistentes y ya con los animales adentro?
¡Por supuesto que habría podido hacerlo así! Pero no lo hizo, ¿por qué? Por su PACIENCIA. Día tras día Dios esperaba que los malos volvieran de sus caminos errados, pero pasaban los meses, los años, y Él seguía esperando. ¿Sabe una cosa? La paciencia de Dios hoy también espera por todos aquellos que no lo conocen, lo ignoran, lo rechazan y lo odian. Dios es paciente.
B.   Hoy también hay tiempo, todavía.
II Pedro 3: 9. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
En estos días aún hay esperanza, hay tiempo. Los días de Noé son un antecedente claro que no hay que ignorar.
III. “Y JEHOVÁ LE CERRÓ LA PUERTA.”
Génesis 7: 16 Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta.
A.   El tiempo se agotó y nadie lo aprovechó.
Llegó el día. Finalmente el arca estuvo lista. Algunos calculan que el tiempo de construcción fue de alrededor de 100 años. Un siglo (o casi) en el que los contemporáneos de Noé lo vieron haciendo su ‘locura’. Pero nadie quiso creer.
B.   “Así también será en los días del Hijo del Hombre.”
 Lucas 17: 26 Como fue en los días de Noé,(D) así también será en los días del Hijo del Hombre.
El señor Jesús dijo que así iba a ser en los días previos a su venida. Es decir que todo parecerá normal, las actividades desarrolladas por el hombre llevarán un curso normal también, en fin, todo estará aparentemente sin novedades.
PERO, ¡el diluvió sí que llegó! Y lo hizo con mucha fuerza. Piense por un momento en los contemporáneos de Noé: empiezan a sentir las gotas de agua en su piel, las cataratas de los cielos se abren, los campos empiezan a inundarse, ¡lo nunca visto llegó!
Ante semejante evento el terror les empieza a invadir. Yo creo (porque la biblia no lo dice así textualmente) que muchos comenzaron a acercarse al arca del loco Noé a golpear con mucha fuerza y a gritar a toda voz que les abriera, pero YA NO HUBO MÁS TIEMPO. ¡Qué frase más espantosa! No fue como en las películas donde el personaje está a segundos de morir y alguien lo salva en el último instante. No, allí SE CERRÓ LA PUERTA, es más DIOS MISMO LA CERRÓ y no hubo ya más remedio. Es interesante que lo único que Noé no hizo fuera cerrar la puerta, porque Dios es quien abre y cierra, da las oportunidades y las quita.

 
Conclusión:
Días así vendrán también. Aún hay tiempo. Finalizo refiriéndome a las palabras de Jesús registradas en
 Mateo 24: 45-51   ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?
Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.
De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.
Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;
y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos,
vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe,
y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Habrá quienes estén listos y Dios les dé entrada a su reino; pero también habrá quienes pensando en que Dios tardará, harán lo que quieran y caerán en el desenfreno; de repente estarán frente a frente con Él y ya no habrá salvación para ellos.
¿Estamos listos? ¡Amados, Cristo viene!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario