De niños, a muchos nos enseñaron que Dios le dijo a Noé que construyera
un gran barco e introdujera en él a todas las especies de animales porque iba a
haber un diluvio que inundaría todo el mundo. Por causa de la maldad del hombre
Dios tomó la decisión de empezar de nuevo, y como Él es el dueño de todo, lo
hizo así.
No obstante, y a diferencia de muchos ateos que califican a Dios de
cruel, hubo un largo tiempo para que aquellos que hacían lo malo cambiaran sus
caminos: fue el tiempo que duró Noé construyendo el arca. Fueron años, décadas
enteras de trabajo en algo que no tenía precedentes. Viéndolo la gente lo
calificaron de loco, demente, etc.
Pero jamás decidieron dejar atrás la maldad y entrar al arca, sino solo
hasta el día en que la lluvia comenzó a caer y “Jehová cerró la puerta.”
La historia del arca no es solo un relato entretenido. Jesús la utilizó
para recordar que el día de su venida tendrá bastantes similitudes con los días
de Noé y por lo tanto debemos estar listos.
Veamos algunas de esas similitudes:
I. LA SITUACIÓN
DE LOS HOMBRES
A. La maldad era mucha.
Génesis 6: 5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la
tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de
continuo solamente el mal.
Dice este
versículo que los hombres solo pensaban en hacer lo malo. Dicho en otros
términos, no tenían en cuenta a Dios para nada. Solo pensaban en auto
complacerse, en el placer y la diversión. Podríamos deducir que también había
criminalidad como la hay hoy: asesinatos, complots, riñas, embriaguez, etc.
Concretamente, la situación era de extrema maldad.
B. Todo parecía
normal.
Hay un detalle a
tener en cuenta y que Jesucristo mismo mencionó: “comían, bebían, se casaban y
se daban en casamiento.” Podríamos decir que, por más que Noé seguía
construyendo su arca con dedicación día a día, aparentemente no pasaba nada.
Todo seguía normal. Quizá la gente decía “allá está el loco Noé con su familia
construyendo una gran casa flotante.”
Hoy en día
parece que todo sigue igual también. Sí, hay maldad, corrupción, impunidad,
guerras… pero de Dios y su venida, la verdad no ocurre nada.
¿No creen que
las situaciones se asemejan?
II. HUBO TIEMPO
PARA ARREPENTIRSE
A.
La paciencia de Dios.
I Pedro 3: 20. Los que en otro tiempo desobedecieron, cuando
una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba
el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas…”.
Si hoy en día
con todos los elementos tecnológicos, los avances científicos y la mano de obra
calificada, construir un barco toma mucho tiempo; ¡imagínese lo que tardó Noé
solo con sus tres hijos y cuatro mujeres! Ellos no eran arquitectos, es más,
iban a ser los primeros en construir una cosa así. No tenían maquinaria pesada
ni mucho menos. ¿Cree usted que este es un detalle que puede pasar inadvertido?
¿No cree que si Dios hubiese querido simplemente enviaba un crucero ya
construido con los materiales más resistentes y ya con los animales adentro?
¡Por supuesto
que habría podido hacerlo así! Pero no lo hizo, ¿por qué? Por su PACIENCIA. Día
tras día Dios esperaba que los malos volvieran de sus caminos errados, pero
pasaban los meses, los años, y Él seguía esperando. ¿Sabe una cosa? La
paciencia de Dios hoy también espera por todos aquellos que no lo conocen, lo
ignoran, lo rechazan y lo odian. Dios es paciente.
B.
Hoy también hay tiempo, todavía.
II Pedro 3: 9. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino
que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que
todos procedan al arrepentimiento.
En estos días
aún hay esperanza, hay tiempo. Los días de Noé son un antecedente claro que no
hay que ignorar.
III. “Y JEHOVÁ
LE CERRÓ LA PUERTA.”
Génesis 7: 16 Y los que
vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y
Jehová le cerró la puerta.
A. El tiempo se
agotó y nadie lo aprovechó.
Llegó el día.
Finalmente el arca estuvo lista. Algunos calculan que el tiempo de construcción
fue de alrededor de 100 años. Un siglo (o casi) en el que los contemporáneos de
Noé lo vieron haciendo su ‘locura’. Pero nadie quiso creer.
B.
“Así también será en los días del Hijo del Hombre.”
El señor Jesús
dijo que así iba a ser en los días previos a su venida. Es decir que todo
parecerá normal, las actividades desarrolladas por el hombre llevarán un curso
normal también, en fin, todo estará aparentemente sin novedades.
PERO, ¡el
diluvió sí que llegó! Y lo hizo con mucha fuerza. Piense por un momento en los
contemporáneos de Noé: empiezan a sentir las gotas de agua en su piel, las
cataratas de los cielos se abren, los campos empiezan a inundarse, ¡lo nunca
visto llegó!
Ante semejante evento el terror les empieza a invadir. Yo creo (porque la biblia no lo dice así textualmente) que muchos comenzaron a acercarse al arca del loco Noé a golpear con mucha fuerza y a gritar a toda voz que les abriera, pero YA NO HUBO MÁS TIEMPO. ¡Qué frase más espantosa! No fue como en las películas donde el personaje está a segundos de morir y alguien lo salva en el último instante. No, allí SE CERRÓ LA PUERTA, es más DIOS MISMO LA CERRÓ y no hubo ya más remedio. Es interesante que lo único que Noé no hizo fuera cerrar la puerta, porque Dios es quien abre y cierra, da las oportunidades y las quita.
Ante semejante evento el terror les empieza a invadir. Yo creo (porque la biblia no lo dice así textualmente) que muchos comenzaron a acercarse al arca del loco Noé a golpear con mucha fuerza y a gritar a toda voz que les abriera, pero YA NO HUBO MÁS TIEMPO. ¡Qué frase más espantosa! No fue como en las películas donde el personaje está a segundos de morir y alguien lo salva en el último instante. No, allí SE CERRÓ LA PUERTA, es más DIOS MISMO LA CERRÓ y no hubo ya más remedio. Es interesante que lo único que Noé no hizo fuera cerrar la puerta, porque Dios es quien abre y cierra, da las oportunidades y las quita.
Conclusión:
Días así vendrán
también. Aún hay tiempo. Finalizo refiriéndome a las palabras de Jesús
registradas en
Bienaventurado
aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.
De cierto
os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.
Pero si
aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;
y comenzare
a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos,
vendrá el
señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe,
y lo
castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y
el crujir de dientes.
Habrá quienes
estén listos y Dios les dé entrada a su reino; pero también habrá quienes
pensando en que Dios tardará, harán lo que quieran y caerán en el desenfreno;
de repente estarán frente a frente con Él y ya no habrá salvación para ellos.
¿Estamos listos? ¡Amados, Cristo viene!!!
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