jueves, 14 de agosto de 2014

CARTA A LA IGLESIA DE EFESO

Apocalipsis 2:1-7)
A.   Destinatario:
La primera carta estaba dirigida a la iglesia de Éfeso, que fuera una gran ciudad del Asia Menor, puerto de mar y centro comercial y exportador. Fue también la ubicación del gran templo de Artemisa (Diana).
Esta gran ciudad fue tan completamente revuelta por el mensaje de Pablo que los plateros se amotinaron porque creyeron que su negocio de hacer altares para Diana se veía amenazado (ver Hechos 19:23-41). Había también mucha gente que practicaba magia.  Como resultado de la prédica de Pablo, una cantidad de los que practicaban artes mágicas creyó en Jesús, luego trajeron sus libros y los quemaron (Ver Hechos 19:13-19).
La iglesia de Éfeso era la más privilegiada de todas las iglesias porque fue bendecida con los mejores pastores de la época. Fue pastoreada sucesivamente por el apóstol Pablo, Apolo, Timoteo y el apóstol Juan. Por tanto, fue la más preparada en la Escrituras y doctrinalmente ortodoxa.
Pero a medida que se iba expandiendo grandemente la iglesia, gracias a su firme apoyo en la Palabra de Dios, cambio a una organización y se sistematizó. Naturalmente, su primer amor empezó a desvanecerse y enfriarse poco a poco. La oración y la alabanza cesaron y el servicio de adoración se inclinó a la forma y el ritual.
B.   La presentación de Jesús.
Muchas iglesias actuales tienen miembros que simplemente asisten a los servicios. Escuchan el sermón del pastor, se interesan por las cosas científicas y filosóficas y por el ministerio de la iglesia, pero se olvidan del Jesús que está presente. Él es la razón de nuestra asistencia y nuestra adoración.  Estas iglesias se caracterizan por no llevar a la gente a sentir su necesidad de ser salvos, ni los alienta a ser bautizados con el Espíritu Santo ni a orar por los enfermos. Por tanto, nadie se arrepiente. Nadie recibe el Espíritu Santo. Y nadie recibe es milagrosamente sanado de la enfermedad. Las obras de Dios desaparecen y son reemplazadas por los esfuerzos humanos. El servicio se vuelve una reunión humanista, desprovisto de nutrición y bendición espirituales.
La iglesia de Éfeso había llegado a ser así. Primero fue una iglesia centrada en Dios, llena de la Palabra y el Espíritu Santo, pero luego se degeneró en un cuerpo humanista inclinado a la actividad y organización.
Jesús mostró  su concepto de la iglesia con su reprimenda: “¡Miren!  Todavía camino en medio de los siete candeleros con las siete estrellas en mi diestra, pero ustedes se olvidaron” (paráfrasis del autor).
C.   Elogio
El método que usaba nuestro Señor para disciplinar fue siempre encomiar antes de reprender.  Nuestros sentimientos se hieren menos en esa forma y estamos más abiertos a la reprimenda para corregir nuestras faltas. Este enfoque es también efectivo para criar a nuestros hijos y para todas nuestras relaciones.
Jesús encomió a los efesios porque su obra había estado centrada en Cristo. También trabajaban sacrificadamente,  soportando los problemas y las dificultades con mucha perseverancia. El también elogio su pureza; ellos no toleraban a los que eran malos. Por el contrario echaban de la iglesia a los falsos apóstoles.
Conforme a la tradición judía, los nicolaítas aludidos en el versículo 6 eran los seguidores de Nicolás, que habían caído en la fe ortodoxa, introduciendo la filosofía griega hereje en la iglesia. Nicolás sostenía la creencia que el espíritu del hombre es bueno y puro, pero su cuerpo es fundamentalmente malo por siempre. El espíritu no es afectado en absoluto por las actividades corporales porque el espíritu es puro y santo siempre. Por tanto el espíritu propio no es afectado dañinamente aunque uno lleve una vida libertina y desenfrenada, comiendo y bebiendo como uno desee, viviendo inmoralmente. Dado que el espíritu es purificado en cuanto el hombre cree en Jesús, no hay diferencia  para su cuerpo aunque haga lo malo.
Muchas iglesias siguieron a los nicolaítas entrando en corrupción y libertinaje. Además, los nicolaítas sistematizaron a la iglesia estableciendo una jerarquía pecaminosa. Se comprende que nuestro Señor aborreciera las obras de los nicolaítas. La iglesia de Éfeso también los aborrecía, por eso Él los elogió.
D.   Reprimenda.
Enseguida nuestro Señor reprende ásperamente a la iglesia, declarando “has dejado tu primer amor” (vrs. 4). Grave problema, sin duda. Ellos habían aprendido bien la Palabra, pero al haber estado atareados con sus muchas actividades, incluyendo el servicio, el sacrificio y soportando dificultades, perdieron a Jesús de su blanco. ¿Qué les quedaba sino la forma y el ritual?
La situación era análoga a lo que puede pasar en una relación conyugal. Cuando se pierde el amor, el marido queda ligado solamente por el deber de ganar el pan para su familia. La esposa queda atada solamente por su deber de criar a los hijos y manejar la casa. No hay un día de descanso para la irritación y las peleas en un hogar así.
Lo mismo rige para la iglesia. Una vez que se ha enfriado la relación ferviente del creyente con Jesús, irán a la iglesia  los domingos por pura costumbre. Se comportan sin gozo ni entusiasmo. ¿Cuántas iglesias como esa hay en la actualidad? ¡Cuán fervientes deben haber sido los primeros cristianos cuando creyeron primero en Jesucristo! ¿No dice la Biblia que estaban todos llenos con el Espíritu Santo?.
Por tanto, la iglesia no puede agradar a Dios a menos que sus miembros mantengan la constante y ferviente comunión con Cristo.
E.   Exhortación.
Jesús exhortó a la iglesia de Éfeso a recordar “de dónde has caído” (vrs. 5) Olvidamos tan fácilmente la bendición del Señor. También olvidamos su castigo. Jesús dice: “¿Qué pasó que ahora solamente tienes un fe hueca?”.
Si en esos momentos vamos a nuestro Señor confesando lo que hemos hecho y nos arrepentimos, podremos volver nuevamente a una fervorosa vida de fe. Entonces no repetiremos la falla de la iglesia de Éfeso.
F.   Promesa.
Jesús prometió que cuando en la iglesia de Éfeso fuera restaurado el primer amor, serán dadas dos bendiciones (ver vrs. 7)
Primero, prometió el paraíso. Este paraíso es mucho mejor que aquel donde vivieron Adán y Eva. El nuevo paraíso estará en el cielo. Cristo transformará nuestros cuerpos de su anterior estado de deshonra a un nuevo estado glorioso; de la debilidad al poder; de lo natural a lo espiritual, de modo que estos cuerpos mortales se revestirán de inmortalidad, y viviremos por siempre con Él.
Segundo, Él prometió que dará el fruto del árbol de la vida. Ese fruto no es dado tan solamente por el placer de ver sino también para nutrir.
G.   Interpretación de la profecía.
El nombre Éfeso significa: “soltar, o “dejar ir”. De ahí, el nombre implica que el amor se había ido y solamente quedaban forma y rituales.
La iglesia de Cristo, que había estado al rojo vivo con el fuego del Espíritu Santo en sus etapas iniciales luego de su ascensión, perdió lentamente su primer amor, por lo que se había vuelto una iglesia con tan solo formas, como la iglesia efesia.
¿Que le pasará a una iglesia que ha perdido su primer amor si no se arrepiente y vuelve al Señor? Dios la visitará con castigo, como veremos en la próxima carta.
Fuente: (Párrafos extraídos del libro “El Apocalipsis” de Paul Yonggi Cho)
 

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