miércoles, 13 de febrero de 2013

PROBADOS EN LO POCO

Publicado por Carlos Roca Líder Pastoral de MCN. Autor: APOSTOL DR SERGIO G. ENRIQUEZ.
 
 Todos en algún momento de nuestra vida somos probados, aunque no nos guste; pero es necesario que nos prueben porque somos valiosos a los ojos de Dios; al oro lo tienen que poner al fuego para quitar la basura y que entonces brillemos más, es lo mismo que sucede con nosotros, en la prueba es donde se nos quitará aquello que nos impide brillar como Dios desea que brillemos.
  
Lucas 16:10 LBLA El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho; y el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho.
 
 Aunque también debemos saber que existen muchas pruebas y de pronto nos prueban en lo que hemos considerado como poco, o sea; nos entregan algo que lo consideramos de poco valor quizá, y eso lo menospreciamos, sin embargo en eso también nos están probando. El problema es que caemos en el error de tener en poca estima algo que tenemos, pero debemos analizar que es poco en relación ¿a qué?, porque si alguien está escaso totalmente, aquello que es poco para unos, para otros puede ser mucho.
  
Números 7:6-9 LBLA Entonces Moisés tomó las carretas y los bueyes, y se los dio a los levitas. Dos carretas y cuatro bueyes dio a los hijos de Gersón, conforme a su ministerio, y cuatro carretas y ocho bueyes dio a los hijos de Merari, conforme a su ministerio, bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. Pero a los hijos de Coat no les dio nada, porque su ministerio consistía en llevar sobre sus hombros los objetos sagrados.
 
 Sin embargo, nosotros siempre estamos viendo quién tiene más que nosotros y entonces podemos entrar en codiciar lo que tienen los demás. Lo que podemos ver en la cita anterior es que la distribución de las carretas y bueyes no estaba siendo justa, a los ojos del hombre, pero en realidad a los hijos de Coat, a los que no les dieron nada, tenían una responsabilidad más grande que a los hijos de Gersón y Merari, porque llevaban sobre sus hombros los objetos sagrados. A veces vemos esto mismo en nuestra vida; todos reciben de todo y nosotros seguimos esperando recibir la respuesta de nuestra petición; el problema es que no hemos visto que estamos siendo probados en lo que tenemos, porque seguro es más grande de lo que los demás no están recibiendo.
  
2 Samuel 6:2-7 LBLA Y David se levantó y fue con todo el pueblo que estaba con él a Baala de Judá, para hacer subir desde allí el arca de Dios, la cual es llamada por el Nombre, el nombre del SEÑOR de los ejércitos, que está sobre los querubines. Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, para que la pudieran llevar de la casa de Abinadab que estaba en la colina. Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo. Y lo llevaron con el arca de Dios de la casa de Abinadab que estaba en la colina, y Ahío iba delante del arca. David y toda la casa de Israel se regocijaban delante del SEÑOR con toda clase de instrumentos hechos de madera de abeto, y con liras, arpas, panderos, castañuelas y címbalos. Pero cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió la mano hacia el arca de Dios, y la sostuvo porque los bueyes casi la volcaron. Y se encendió la ira del SEÑOR contra Uza, y Dios lo hirió allí por su irreverencia; y allí murió junto al arca de Dios.
  
Dios se encendió en ira porque el Arca no debían trasladarla en carreta, sino en los hombros. A veces cometemos el error de estar envidiando lo que tienen otras personas y nos olvidamos del privilegio que Dios nos ha confiado, el cual a los ojos de Dios es más grande que el privilegio que tienen los demás, el problema es que por la falta de entendimiento, nuestra visión espiritual es cegada y deseamos las bendiciones de otros en lugar de agradecer las bendiciones que Dios con amor nos ha regalado.
  
Por eso es que a veces la prueba que recibimos, nos lleva a perderlo todo lo que tenemos con el propósito que nuestros ojos espirituales sean abiertos y que sepamos valorar lo que tenemos y que le preguntemos a Dios para qué recibimos lo que El nos envió. Por eso debemos dejar de perder el tiempo, quejándonos delante de Dios por las cosas que no tenemos porque las cosas más sagradas Dios las ha confiado en nosotros, solamente debemos estar agradecidos y nuestra perspectiva de ver las cosas cambiará.
 
 Josué 13:33 LBLA Pero a la tribu de Leví, Moisés no le dio heredad; el SEÑOR, Dios de Israel, es su heredad, como El les había prometido.
  
¿Cuál será nuestra prioridad? Porque si estamos enamorados de Dios, El es todo para nosotros y con El estamos completos. Lamentablemente a veces caemos en el mismo error que cayó Esaú, quien cambió su primogenitura por un plato de lenteja; pero si ese fuera nuestro caso, hoy es el momento en el que podemos pedirle perdón a Dios y caminar por la senda de justicia en la que Dios desea que caminemos, porque El nos conduce por el camino que nos lleva a la eternidad, mientras que las ofertas que nos puede presentar el mundo las cuales son pasajeras, aunque pueden ser hermosas, no dejan de ser pasajeras; pero todo lo que Dios nos ofrece para que le respondamos en obediencia, es eterno, aunque no lo veamos, es eterno porque por la fe sabemos que todo lo que se ve, fue hecho de lo que no se ve.
  
Mateo 25:14-16 LBLA Porque el reino de los cielos es como un hombre que al emprender un viaje, llamó a sus siervos y les encomendó sus bienes. Y a uno le dio cinco talentos, a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y se fue de viaje. El que había recibido los cinco talentos, enseguida fue y negoció con ellos y ganó otros cinco talentos.
  
De acuerdo a lo que nos deja ver toda la parábola del versículo anterior, el que falló fue al que se le confió 1 talento y prefirió esconder el talento que le habían entregado y no ponerlo a trabajar. El amo se molestó con él porque además de todo, lo había señalado de injusto y de otras cosas más, entonces lo echaron fuera de su presencia. Quizá ese mismo personaje al que le habían confiado 1 talento, lo hubiera puesto a trabajar y tenía que demostrar que aunque fuera poco, eso mismo iba hacer brillar y quizá más que los demás; como hoy puede estar sucediendo con muchos de nosotros; debemos poner a trabajar lo que nos hayan confiado y esforzarnos por hacer nuestro mejor esfuerzo por presentar resultados agradables a Dios.
 
 Ester 6:3 PDT El rey preguntó entonces: —¿Qué honores se le han rendido y qué recompensa se le ha dado a Mardoqueo por lo que hizo? Los servidores que lo atendían le respondieron: —No se ha hecho nada por Mardoqueo.
  
Según la historia judía, nos muestra que Mardoqueo hablaba muchos idiomas y en determinado momento escuchó que un grupo de personajes que estaban cerca del rey, lo querían matar; Mardoqueo se lo dijo a la reina y al final él fue quien le salvó la vida. En ese momento no hubo nadie que le agradeciera a Mardoqueo por haber salvado la vida al rey; pero llego el momento en el que el rey revisó el libro de las memorias y vio que no se le había agradecido a Mardoqueo por haber salvado la vida del rey; fue entonces cuando llego el momento de la honra. Quizá eso mismo ha sucedido con nosotros, hemos hecho muchas cosas por otras personas que jamás nos han agradecido los favores en los que nos hemos esmerado, pero Dios lo ha visto desde Su trono y lo ha anotado en el libro de las obras, principalmente cuando está relacionado con Su obra; pero llegará el momento en que seremos recompensados, será en el momento que sea justo, para bendecirnos cuando más aprovecharemos Su bendición.
  
La historia que nos refiere el versículo anterior, nos muestra que el rey le concedió una bendición indescriptible que superaría cualquier honra que nosotros podemos imaginar. Por eso es que no debemos dejar de hacer el bien sin importar a quién, porque en lo poco estamos siendo probados y en lo mucho nos pondrán cuando Dios considere que lo podremos aprovechar al máximo.

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