2° Corintios 6:16 (NVI) “¿En qué concuerdan el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos templo del Dios viviente. Como él ha dicho: "Viviré con ellos y andaré entre ellos; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo”
Comúnmente la gente asocia la palabra iglesia con un edificio que
tiene una cruz en el frente, vitrales o imágenes representativas de santos.
Muchos visitan edificios imponentes de esa clase para “sentir” la Presencia de
Dios, o percibir su Gloria en un lugar así.
Una preciosa arquitectura, catedrales con estatuas ornamentales y
demás, no fueron originalmente los lugares de reunión de la iglesia. Edificios
con bancos lustrados, majestuosos órganos y altares no pueden representar “la
morada de Dios”, Su hogar. Muy a menudo tales estructuras muy “consagradas” no
hacen más que cegar a la gente la Verdadera Presencia de Dios. Aún peor es que
se hayan convertido en sí mismos en objetos de veneración religiosa.
La iglesia está en cualquier lugar y en cualquier momento que la
familia de Dios se dé cita en nombre de
Jesús.
Antes de su conversión a Cristo, Saulo perseguía a la iglesia tratando
de erradicar la cristiandad. Pero nunca atacó edificios para lograrlo.
Hechos 8:3 “Y Saulo asolaba la
iglesia, y entrando casa por casa,
arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel”)
El Señor Jesucristo ministraba en las sinagogas
pero también lo hacía individualmente. Con frecuencia lo vemos entrar en una casa para predicar, enseñar, sanar y
tener camaradería.
Jesús sana a la suegra de Pedro en la casa de ellos (Ver Mateo 8:14-15). Jesús visita también la casa de Zaqueo y lo guía hacia el Reino
(ver Lucas 19:5).
Jesús busca traer a los pecadores al arrepentimiento, y utiliza la casa de Mateo para evangelizar (ver Lucas 5:29).
Jesús designó a setenta discípulos de dos en dos y ordenándoles que
entren en las casas de toda la
región que les había encomendado (ver Lucas 10:5-7).
Jesús visita el hogar de un
fariseo, come con la gente y más tarde sana a un hombre que estaba en esa casa
(ver Lucas 14:1).
Frecuentemente Jesús confraternizaba con sus amigos en el hogar de una familia en Betania.
La iglesia se reunía en casas.
En el Nuevo Testamento, la iglesia constaba de miles de creyentes
diseminados en muchas ciudades, en diferentes regiones. Abarcaron casi todo el
mundo entonces recorrido.
Aunque había una sola iglesia en una ciudad, ésta estaba evidentemente
parcelada en grupos más pequeños que se reunían en sus hogares, para orar, comer juntos, confraternizar, partir el pan,
enseñar y predicar.
Ø En
Jerusalén
Hechos 2:46 “ Y perseverando unánimes cada día en el
templo, y partiendo el pan en las casas,
comían juntos con alegría y sencillez de corazón”
Cuando Pedro fue milagrosamente liberado de la cárcel acudió
directamente a casa de sus amigos
que estaban allí orando por él.
Hechos 12:12 (JER) “Consciente de su
situación, marchó a casa de María,
madre de Juan, por sobrenombre Marcos, donde se hallaban muchos reunidos en oración”
Ø En Roma
Romanos 16:3,5 “Saludad a Priscila y
a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús”, “Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a
Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo”.
Ø En Colosas
Filemón 1:2-3 “y a la amada hermana Apia, y
a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa”:
Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”.
Ø En Cesárea
En la casa de Cornelio donde el Evangelio alcanzó por primera vez a
los gentiles (o no judíos), y donde el Espíritu Santo descendió (ver Hechos 10).
Ø En
Corinto
La vivienda de Estéfanas en
Corinto fue el primer lugar donde se reunieron los convertidos en la región de
Acaya
Hechos 17:4-7 Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con
Silas; y de los griegos piadosos gran número, y mujeres nobles no pocas.
Entonces los judíos que no
creían, teniendo celos, tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos, y
juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo.
6 Pero no hallándolos, trajeron a Jasón y a
algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que
trastornan el mundo entero también han venido acá;
7 a los cuales Jasón ha recibido; y todos éstos
contravienen los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús.
Pablo fue de casa en casa predicando y enseñando en los
hogares. De esta manera plantó y edificó la iglesia.
Hechos 20:9-11 y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana,
rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido
del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto. 10 Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarméis, pues está vivo.
11 Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así salió.
¿Qué es una iglesia en el hogar?
ü Un grupo organizado de creyentes que dan a
conocer el Reino de Dios en una determinada área geográfica con el respaldo de
un líder avalado por su pastor.ü Una familia de personas que son amigos día tras día.
ü Una familia de cristianos que se reúnen regularmente y que mantienen un contacto constante unos con otros.
ü Una familia abierta cuyo objetivo es demostrar el reino de Dios a todas las personas, especialmente a aquellos que aún no son cristianos.
La sociedad de hoy
Jueces 5:6-7 “En los días de Samgar hijo de Anat, En los días de Jael, quedaron abandonados los
caminos, Y los que andaban por las
sendas se apartaban por senderos torcidos. Las
aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído, Hasta que yo Débora me levanté, Me levanté como madre en Israel”. En aquellos tiempos confusos, según otra versión, había desaparecido la vida en comunidad.
En la sociedad de hoy también se ha perdido la vida compartida en una comunidad. Es muy posible vivir en un vecindario y conocer sólo a unos pocos , quizás uno de los que viven cerca suyo.
El ritmo apresurado de la vida moderna hace que mucha gente sienta le necesidad de privacidad. La comunicación se realiza cada vez más a través del teléfono y el correo electrónico. El peligro de la comodidad moderna es el aislamiento.
La televisión, los videos de uso doméstico, y las soluciones tecnológicas que presta la computadora utilizando internet, han alterado nuestros hábitos de distracción. El arte de la conversación se ha perdido y ha sido reemplazado por el entretenimiento en casa. Se prepara a la niñez para ser espectadores ajenos a la participación.
El pecado crea conflictos y rupturas en las relaciones. Por un lado, el interés materialista mundano lleva a concentrarse en uno mismo. Por otro lado, el no estar en Comunión con Dios redunda en falta de comunión unos con otros.
El egocentrismo y el interés personal nos absorben en nuestros propios asuntos No nos interesamos en otros porque no nos interesa interesarnos.
La iglesia en el hogar ofrece una comunidad alternativa, una contra-cultura que combata la influencia negativa del mundo. Con su ambiente informal y de fácil interacción, las personas pueden construir relaciones significativas y satisfactorias.
Todos tenemos la necesidad básica de sentirnos parte. Aunque algunos sean tímidos, hay en cada uno de nosotros un deseo de involucrarnos, una aspiración a contribuir, una necesidad de producir la diferencia y una esperanza de alcanzar nuestro destino.
1° Corintios 14:26 “¿Qué hay, pues,
hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina,
tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para
edificación”.
1° Pedro 3:8 “Finalmente, sed
todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos,
amigables”;