“Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido. Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.”
Efesios 5:33, 6:1-4
Efesios 5:33, 6:1-4
Muchas familias hoy en día no tienen paz los unos con los otros.El esposo y la esposa se hablan a los gritos y gritan también a sus hijos. Sus hijos toman actitudes rebeldes y causan más disgustos al círculo familiar. Este tipo de casas es un completo caos, nadie quiere vivir en ellas y llega un punto donde los que conviven simplemente se soportan.
Dios, en su divina sabiduría, estableció un orden para todas las cosas y este orden trae paz y facilita las relaciones interpersonales. Este orden se establece cuando cada miembro cumple las funciones por Él establecidas. El esposo debe someterse a Dios y amar a su esposa como a sí mismo. La esposa debe sujetarse al esposo, honrarlo y respetarlo. Los hijos deben obedecer a sus padres y los padres no abusar de su autoridad con sus hijos. Todo este orden está basado en el amor y en cumplir con la función otorgada. Cuando este orden se altera vemos a padres comportándose como niños, a niños asumiendo el rol de sus padres, a esposas asumiendo el rol de sus maridos y viceversa.
Por más modernos que sean los tiempos, ninguna familia funciona en perfecta armonía y amor cuando no está en el orden de Dios.
Si en su familia todos los roles están invertidos, no se entristezca pero tome la decisión de establecer el orden de Dios. Comience sujetándose y buscando a Dios y luego si es hombre, sepa que Dios lo ha establecido como cabeza de su hogar. Ese es su rol y no se sentirá bien hasta que lo desempeñe. Ser cabeza no es ser tirano, pero sí mantener el empuje de su hogar. Si usted es mujer honre a su marido, usted es su ayuda idónea
Y solamente juntos llegarán a cumplir el propósito de Dios. Si usted es hijo/a, honre a sus padres y no desestime sus indicaciones.
Hacer todo esto puede costarle pero en definitiva, si está buscando de Dios esto le llevará a tener grande galardón.
Su hogar será un remanso de paz.
Dios, en su divina sabiduría, estableció un orden para todas las cosas y este orden trae paz y facilita las relaciones interpersonales. Este orden se establece cuando cada miembro cumple las funciones por Él establecidas. El esposo debe someterse a Dios y amar a su esposa como a sí mismo. La esposa debe sujetarse al esposo, honrarlo y respetarlo. Los hijos deben obedecer a sus padres y los padres no abusar de su autoridad con sus hijos. Todo este orden está basado en el amor y en cumplir con la función otorgada. Cuando este orden se altera vemos a padres comportándose como niños, a niños asumiendo el rol de sus padres, a esposas asumiendo el rol de sus maridos y viceversa.
Por más modernos que sean los tiempos, ninguna familia funciona en perfecta armonía y amor cuando no está en el orden de Dios.
Si en su familia todos los roles están invertidos, no se entristezca pero tome la decisión de establecer el orden de Dios. Comience sujetándose y buscando a Dios y luego si es hombre, sepa que Dios lo ha establecido como cabeza de su hogar. Ese es su rol y no se sentirá bien hasta que lo desempeñe. Ser cabeza no es ser tirano, pero sí mantener el empuje de su hogar. Si usted es mujer honre a su marido, usted es su ayuda idónea
Y solamente juntos llegarán a cumplir el propósito de Dios. Si usted es hijo/a, honre a sus padres y no desestime sus indicaciones.
Hacer todo esto puede costarle pero en definitiva, si está buscando de Dios esto le llevará a tener grande galardón.
Su hogar será un remanso de paz.
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