lunes, 19 de septiembre de 2011
GRAN CELEBRACIÓN el Lunes 10 de Octubre
invitan:
JORNADA para PASTORES & LÍDERES (desde 14 hs)
Celebración, Concierto & SANTA CENA Unida (19:30 hs)
En el TEATRO HINDÚ CLUB, Don Torcuato.
Con la visita internacional de:
APÓSTOL SERGIO ENRIQUEZ
¡¡¡ I-M-P-E-R-D-I-B-L-E !!!
miércoles, 14 de septiembre de 2011
HAGÁMONOS LOS MEJORES AMIGOS DE DIOS.
Romanos 5:10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
Salmos 25:14 El Señor brinda su amistad a quienes lo honran, y les da a conocer su pacto. (BAD)
Salmos 25:14 El Señor brinda su amistad a quienes lo honran, y les da a conocer su pacto. (BAD)
Introducción.
Dios quiere ser tu amigo. Nuestra relación con Dios tiene diferentes aspectos. Dios es el Creador y el Hacedor, el Señor y el Maestro, Juez, Redentor, Padre, Salvador y mucho más. Pero la verdad más impactante es que el Dios Todo Poderoso ¡anhela ser nuestro Amigo!!!
En el jardín del Edén vemos la relación ideal de Dios con nosotros; Adán y Eva disfrutaban una amistad íntima con Él. No había rituales ni ceremonias, ni religión; simplemente una relación sencilla y cariñosa entre Dios y las personas que había creado. Sin los estorbos de la culpa, el temor, Adán y Eva se deleitaban en Dios, y Él en ellos.
Dios nos creo para vivir continuamente en su presencia; pero después de la caída esa relación ideal se estropeó.
Sólo unas pocas personas en el Antiguo Testamento tuvieron el privilegio de la amistad divina: A Moisés y Abraham se les llamó “amigos de Dios”. De David se nos dice que para Dios era “un hombre conforme a (su) corazón”, y Job, Enoc y Noé tenían una amistad íntima con Dios. Pero en el Antiguo Testamento, el temor de Dios predomina más que la amistad. Jesús cambió esa situación. Al pagar nuestros pecados en la cruz, el velo del templo –que simboliza nuestra separación de Dios- se rasgó de arriba a abajo, como señal de que el acceso directo a Dios estaba nuevamente abierto.
A diferencia de los sacerdotes que debían prepararse durante horas antes de reunirse con Él, nosotros ahora podemos acercarnos a Dios en cualquier momento. La Biblia dice que “ahora tenemos la maravillosa alegría del Señor en nuestras vidas, gracias a que Cristo murió por nuestros pecados y nos hizo amigos”.
La amistad con Dios solo es posible por su Gracia y el sacrificio de Jesús: “Dios nos reconcilio, por medio de Cristo nos transformó de enemigos en amigos”. Dios nos invita a disfrutar su amistad y comunión con las tres personas de la Trinidad: nuestro Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Jesús dijo en Juan 15:15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.
La palabra amigo en este versículo no se refiere a un conocido ocasional sino a una relación estrecha y de confianza. El mismo término se usa para referirse al padrino del novio en la boda y al círculo de amigos más íntimo y personas de confianza del rey. En las cortes reales, los siervo deben mantener cierta distancia prudente del rey, pero sus amigos íntimos disfrutan de un contacto estrecho, así como de acceso directo al rey, y de información confidencial.
Es difícil comprender por qué Dios quiere ser mi amigo íntimo, pero la Biblia declara que: “Dios es apasionado con respecto a su relación con nosotros”.
Dios tiene el anhelo intenso de que lo conozcamos íntimamente. En efecto, planificó el universo y estructuró la historia incluyendo los detalles de nuestra vida, para que pudiésemos ser sus amigos. La Escritura afirma: “De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los periodos de su historia y las fronteras de sus territorios. Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren”. Conocer y amar a Dios es nuestro gran privilegio; ser conocido y amado por él es Su mayor placer. Él dice que: “si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme y de comprender que yo soy el Señor… pues es lo que a mí me agrada”.
Es difícil imaginar cómo es posible una amistad íntima entre un Dios perfecto, invisible y omnipotente y el ser humano finito y pecador. Sería más fácil de entender una relación entre el amo y el siervo, o entre el Creador y lo creado, incluso entre el Padre y el hijo.
COMO LLEGAR A SER EL MEJOR AMIGO DE DIOS
Mediante la conversación constante. No será posible desarrollar una relación estrecha con Dios si solo asistimos a la iglesia una vez a la semana ni tampoco si sólo tenemos un rato a solas con Dios. La amistad con Dios se cultiva cuando compartimos todas nuestras vivencias con Él. Por supuesto que es importante establecer el hábito del devocional diario con Dios, pero Él quiere ser más que una cita en nuestra agenda. Quiere ser incluido en cada actividad en cada conversación, en cada problema y hasta en cada uno de nuestros pensamientos. Es posible mantener una conversación continua con Él y “a la espera de su respuesta” durante todo el día comentándole lo que estamos haciendo o pensando en ese momento. “Oren sin cesar” (1Tesalonisenses 5:17 “Orad sin cesar”.) implica conversar con Dios mientras realizamos las compras, conducimos el automóvil, trabajamos o desarrollamos cualquier otra tarea cotidiana.
Existe el concepto erróneo de que “pasar tiempo con Dios” significa estar a solas con Él. Por supuesto, conforme al modelo de Jesús, necesitamos pasar tiempo a solas con Dios, pero eso representa apenas una fracción del tiempo que estamos despiertos. Todo lo que hacemos puede ser “tiempo que pasamos con Dios” si lo invitamos a acompañarnos y somos consientes de su presencia.
“La clave de la amistad con Dios, no es cambiar lo que uno hace sino cambiar la actitud de uno al hacerlo. Lo que normalmente haces para ti, comienzas a hacerlo para Dios; ya se trate de comer, bañarse, trabajar, descansar o sacar la basura”. En la actualidad a veces sentimos que tenemos que “distanciarnos” de nuestra rutina diaria para poder adorar a Dios, pero eso se debe a que no hemos aprendido a practicar su presencia todo el tiempo.
Ese es el ideal de Dios. En el Edén., la adoración no era un acontecimiento al que había que asistir sino que era una actitud ininterrumpida; Adán y Eva estaban en comunión constante con Dios. Cómo Él está con nosotros todo el tiempo, no hay un lugar donde puedas estar más cerca de Dios que donde te encuentras ahora mismo. La Biblia dice que Él gobierna sobre todos; “está sobre todos y por medio de todos en todos”.
Una idea útil es pronunciar oraciones más cortas y conversacionales continuamente durante el día, en vez de establecer sesiones largas y oraciones complejas. Para mantener la concentración y evitar la distracción, -sugiero que no usen muchas palabras cuando oren, porque los discurso largos son propicios para distracción- Que las oraciones sean sencillas.
Practicar la presencia de Dios es una destreza, un hábito que se puede desarrollar. Así como los músicos practican escalas todos los días para tocar melodías hermosas con desenvoltura, debes obligarte a pensar en Dios varias veces al día. Debes entrenar tu mente para recordar a Dios. Al principio necesitaras crear notas para traer regularmente a la memoria la conciencia de que Dios está a tu lado en ese instante. Comienza colocando notas visuales a tu alrededor. Podrías escribir un papel así: “Dios está conmigo y de mi lado ¡en este mismo instante!” .
Dios quiere ser tu amigo. Nuestra relación con Dios tiene diferentes aspectos. Dios es el Creador y el Hacedor, el Señor y el Maestro, Juez, Redentor, Padre, Salvador y mucho más. Pero la verdad más impactante es que el Dios Todo Poderoso ¡anhela ser nuestro Amigo!!!
En el jardín del Edén vemos la relación ideal de Dios con nosotros; Adán y Eva disfrutaban una amistad íntima con Él. No había rituales ni ceremonias, ni religión; simplemente una relación sencilla y cariñosa entre Dios y las personas que había creado. Sin los estorbos de la culpa, el temor, Adán y Eva se deleitaban en Dios, y Él en ellos.
Dios nos creo para vivir continuamente en su presencia; pero después de la caída esa relación ideal se estropeó.
Sólo unas pocas personas en el Antiguo Testamento tuvieron el privilegio de la amistad divina: A Moisés y Abraham se les llamó “amigos de Dios”. De David se nos dice que para Dios era “un hombre conforme a (su) corazón”, y Job, Enoc y Noé tenían una amistad íntima con Dios. Pero en el Antiguo Testamento, el temor de Dios predomina más que la amistad. Jesús cambió esa situación. Al pagar nuestros pecados en la cruz, el velo del templo –que simboliza nuestra separación de Dios- se rasgó de arriba a abajo, como señal de que el acceso directo a Dios estaba nuevamente abierto.
A diferencia de los sacerdotes que debían prepararse durante horas antes de reunirse con Él, nosotros ahora podemos acercarnos a Dios en cualquier momento. La Biblia dice que “ahora tenemos la maravillosa alegría del Señor en nuestras vidas, gracias a que Cristo murió por nuestros pecados y nos hizo amigos”.
La amistad con Dios solo es posible por su Gracia y el sacrificio de Jesús: “Dios nos reconcilio, por medio de Cristo nos transformó de enemigos en amigos”. Dios nos invita a disfrutar su amistad y comunión con las tres personas de la Trinidad: nuestro Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Jesús dijo en Juan 15:15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.
La palabra amigo en este versículo no se refiere a un conocido ocasional sino a una relación estrecha y de confianza. El mismo término se usa para referirse al padrino del novio en la boda y al círculo de amigos más íntimo y personas de confianza del rey. En las cortes reales, los siervo deben mantener cierta distancia prudente del rey, pero sus amigos íntimos disfrutan de un contacto estrecho, así como de acceso directo al rey, y de información confidencial.
Es difícil comprender por qué Dios quiere ser mi amigo íntimo, pero la Biblia declara que: “Dios es apasionado con respecto a su relación con nosotros”.
Dios tiene el anhelo intenso de que lo conozcamos íntimamente. En efecto, planificó el universo y estructuró la historia incluyendo los detalles de nuestra vida, para que pudiésemos ser sus amigos. La Escritura afirma: “De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los periodos de su historia y las fronteras de sus territorios. Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren”. Conocer y amar a Dios es nuestro gran privilegio; ser conocido y amado por él es Su mayor placer. Él dice que: “si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme y de comprender que yo soy el Señor… pues es lo que a mí me agrada”.
Es difícil imaginar cómo es posible una amistad íntima entre un Dios perfecto, invisible y omnipotente y el ser humano finito y pecador. Sería más fácil de entender una relación entre el amo y el siervo, o entre el Creador y lo creado, incluso entre el Padre y el hijo.
COMO LLEGAR A SER EL MEJOR AMIGO DE DIOS
Mediante la conversación constante. No será posible desarrollar una relación estrecha con Dios si solo asistimos a la iglesia una vez a la semana ni tampoco si sólo tenemos un rato a solas con Dios. La amistad con Dios se cultiva cuando compartimos todas nuestras vivencias con Él. Por supuesto que es importante establecer el hábito del devocional diario con Dios, pero Él quiere ser más que una cita en nuestra agenda. Quiere ser incluido en cada actividad en cada conversación, en cada problema y hasta en cada uno de nuestros pensamientos. Es posible mantener una conversación continua con Él y “a la espera de su respuesta” durante todo el día comentándole lo que estamos haciendo o pensando en ese momento. “Oren sin cesar” (1Tesalonisenses 5:17 “Orad sin cesar”.) implica conversar con Dios mientras realizamos las compras, conducimos el automóvil, trabajamos o desarrollamos cualquier otra tarea cotidiana.
Existe el concepto erróneo de que “pasar tiempo con Dios” significa estar a solas con Él. Por supuesto, conforme al modelo de Jesús, necesitamos pasar tiempo a solas con Dios, pero eso representa apenas una fracción del tiempo que estamos despiertos. Todo lo que hacemos puede ser “tiempo que pasamos con Dios” si lo invitamos a acompañarnos y somos consientes de su presencia.
“La clave de la amistad con Dios, no es cambiar lo que uno hace sino cambiar la actitud de uno al hacerlo. Lo que normalmente haces para ti, comienzas a hacerlo para Dios; ya se trate de comer, bañarse, trabajar, descansar o sacar la basura”. En la actualidad a veces sentimos que tenemos que “distanciarnos” de nuestra rutina diaria para poder adorar a Dios, pero eso se debe a que no hemos aprendido a practicar su presencia todo el tiempo.
Ese es el ideal de Dios. En el Edén., la adoración no era un acontecimiento al que había que asistir sino que era una actitud ininterrumpida; Adán y Eva estaban en comunión constante con Dios. Cómo Él está con nosotros todo el tiempo, no hay un lugar donde puedas estar más cerca de Dios que donde te encuentras ahora mismo. La Biblia dice que Él gobierna sobre todos; “está sobre todos y por medio de todos en todos”.
Una idea útil es pronunciar oraciones más cortas y conversacionales continuamente durante el día, en vez de establecer sesiones largas y oraciones complejas. Para mantener la concentración y evitar la distracción, -sugiero que no usen muchas palabras cuando oren, porque los discurso largos son propicios para distracción- Que las oraciones sean sencillas.
Practicar la presencia de Dios es una destreza, un hábito que se puede desarrollar. Así como los músicos practican escalas todos los días para tocar melodías hermosas con desenvoltura, debes obligarte a pensar en Dios varias veces al día. Debes entrenar tu mente para recordar a Dios. Al principio necesitaras crear notas para traer regularmente a la memoria la conciencia de que Dios está a tu lado en ese instante. Comienza colocando notas visuales a tu alrededor. Podrías escribir un papel así: “Dios está conmigo y de mi lado ¡en este mismo instante!” .
O busca la forma de alertarte a entender y grabar esta verdad. Algunas veces sentirás la presencia de Dios; otras no. Si buscas experimentar la presencia de Dios en todo esto, no has entendido nada. No alabamos a Dios para sentirnos bien, sino para hacer el bien. Nuestra meta no es tener una sensación sino una conciencia continua de la realidad de que Dios está siempre presente. Ese es el estilo de vida de adoración.
Mediante la meditación continua. La segunda manera de consolidar una amistad es pensar en Su Palabra durante el día. Eso se llama meditación, y la Biblia repetidas veces nos exhorta a meditar en quien es Dios, lo que ha hecho y lo que ha dicho.
Es imposible ser amigos de Dios si no sabemos lo que dice. No podemos amar a Dios si no lo conocemos, y no podemos conocerlo si no conocemos su Palabra. Ella dice que Dios “se revelaba a Samuel y le comunicaba su palabra”.
Si bien no podemos pasarnos 24 horas estudiando la Biblia, podemos pensar en ella durante el día, recordando versículos que hemos leído o memorizado, reflexionando en ellos.
Meditar es simplemente pensar con concentración; algo que cualquiera puede aprender y usar en cualquier lado. Cuando le damos vuelta en la cabeza a un problema, decimos que tenemos una preocupación. Cuando piensas en la Palabra de Dios y le das vuelta en tu cabeza, llamamos a eso meditación. Si sabes cómo preocuparte, ¡ya sabes cómo meditar! En vez de pensar con insistencia en tus problemas, necesitas vincular la atención en tus problemas con versículos bibícos. Cuanto más medites en la Palabra de Dios, tendrás menos de que preocuparte.
Dios consideraba a Job y a David sus amigos porque valoraban su Palabra por encima de todas las demás cosas, y pensaban en ella continuamente en el transcurso del día.
Job admitió: “Del mandamiento de sus labios no me he apartado, he atesorado las palabras de su boca”
Job 23:12 Del mandamiento de sus labios nunca me separé; Guardé las palabras de su boca más que mi comida.
David dijo: “La enseñanza del Señor es perfecta, porque da nueva vida… Los preceptos del Señor… traen alegría al corazón, y constantemente están en mis pensamientos, no puedo dejar de pensar en ellas”
Sal 19:7 La enseñanza del Señor es perfecta, porque da nueva vida. El mandato del Señor es fiel, porque hace sabio al hombre sencillo. 8 Los preceptos del Señor son justos, porque traen alegría al corazón. El mandamiento del Señor es puro y llena los ojos de luz.[e] 9 El temor del Señor es limpio y permanece para siempre. Los decretos del Señor son verdaderos, todos ellos son justos,[f] 10 ¡son de más valor que el oro fino,[g]más dulces que la miel del panal![h] 11 Son también advertencias a este siervo tuyo, y le es provechoso obedecerlas.
Los amigos comparten sus secretos, y Dios compartirá sus secretos contigo si desarrollas el hábito de reflexionar en su Palabra durante el día. Al leer la Biblia y escuchar un sermón o una grabación, no olvides lo que escuchaste cuando te vayas. Desarrolla la práctica de repasar la verdad en tu mente, reflexiona sobre lo que has leído o escuchado, dale vuelta en la cabeza. Cuanto más tiempo dediques a repasar lo que Dios dijo, más entenderás los “secretos” de esta vida que pasan inadvertidos para muchas personas. La Biblia afirma:
Mediante la meditación continua. La segunda manera de consolidar una amistad es pensar en Su Palabra durante el día. Eso se llama meditación, y la Biblia repetidas veces nos exhorta a meditar en quien es Dios, lo que ha hecho y lo que ha dicho.
Es imposible ser amigos de Dios si no sabemos lo que dice. No podemos amar a Dios si no lo conocemos, y no podemos conocerlo si no conocemos su Palabra. Ella dice que Dios “se revelaba a Samuel y le comunicaba su palabra”.
Si bien no podemos pasarnos 24 horas estudiando la Biblia, podemos pensar en ella durante el día, recordando versículos que hemos leído o memorizado, reflexionando en ellos.
Meditar es simplemente pensar con concentración; algo que cualquiera puede aprender y usar en cualquier lado. Cuando le damos vuelta en la cabeza a un problema, decimos que tenemos una preocupación. Cuando piensas en la Palabra de Dios y le das vuelta en tu cabeza, llamamos a eso meditación. Si sabes cómo preocuparte, ¡ya sabes cómo meditar! En vez de pensar con insistencia en tus problemas, necesitas vincular la atención en tus problemas con versículos bibícos. Cuanto más medites en la Palabra de Dios, tendrás menos de que preocuparte.
Dios consideraba a Job y a David sus amigos porque valoraban su Palabra por encima de todas las demás cosas, y pensaban en ella continuamente en el transcurso del día.
Job admitió: “Del mandamiento de sus labios no me he apartado, he atesorado las palabras de su boca”
Job 23:12 Del mandamiento de sus labios nunca me separé; Guardé las palabras de su boca más que mi comida.
David dijo: “La enseñanza del Señor es perfecta, porque da nueva vida… Los preceptos del Señor… traen alegría al corazón, y constantemente están en mis pensamientos, no puedo dejar de pensar en ellas”
Sal 19:7 La enseñanza del Señor es perfecta, porque da nueva vida. El mandato del Señor es fiel, porque hace sabio al hombre sencillo. 8 Los preceptos del Señor son justos, porque traen alegría al corazón. El mandamiento del Señor es puro y llena los ojos de luz.[e] 9 El temor del Señor es limpio y permanece para siempre. Los decretos del Señor son verdaderos, todos ellos son justos,[f] 10 ¡son de más valor que el oro fino,[g]más dulces que la miel del panal![h] 11 Son también advertencias a este siervo tuyo, y le es provechoso obedecerlas.
Los amigos comparten sus secretos, y Dios compartirá sus secretos contigo si desarrollas el hábito de reflexionar en su Palabra durante el día. Al leer la Biblia y escuchar un sermón o una grabación, no olvides lo que escuchaste cuando te vayas. Desarrolla la práctica de repasar la verdad en tu mente, reflexiona sobre lo que has leído o escuchado, dale vuelta en la cabeza. Cuanto más tiempo dediques a repasar lo que Dios dijo, más entenderás los “secretos” de esta vida que pasan inadvertidos para muchas personas. La Biblia afirma:
“Ser amigos de Dios es privilegio de quienes lo reverencian; solo con ellos comparte los secretos de sus promesas” Salmos 25:14
Salmos 25:14 La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto. (RV60)
Salmos 25:14 La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto. (RV60)
jueves, 8 de septiembre de 2011
EL ORDEN TRAE PAZ
“Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido. Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.”
Efesios 5:33, 6:1-4
Efesios 5:33, 6:1-4
Muchas familias hoy en día no tienen paz los unos con los otros.El esposo y la esposa se hablan a los gritos y gritan también a sus hijos. Sus hijos toman actitudes rebeldes y causan más disgustos al círculo familiar. Este tipo de casas es un completo caos, nadie quiere vivir en ellas y llega un punto donde los que conviven simplemente se soportan.
Dios, en su divina sabiduría, estableció un orden para todas las cosas y este orden trae paz y facilita las relaciones interpersonales. Este orden se establece cuando cada miembro cumple las funciones por Él establecidas. El esposo debe someterse a Dios y amar a su esposa como a sí mismo. La esposa debe sujetarse al esposo, honrarlo y respetarlo. Los hijos deben obedecer a sus padres y los padres no abusar de su autoridad con sus hijos. Todo este orden está basado en el amor y en cumplir con la función otorgada. Cuando este orden se altera vemos a padres comportándose como niños, a niños asumiendo el rol de sus padres, a esposas asumiendo el rol de sus maridos y viceversa.
Por más modernos que sean los tiempos, ninguna familia funciona en perfecta armonía y amor cuando no está en el orden de Dios.
Si en su familia todos los roles están invertidos, no se entristezca pero tome la decisión de establecer el orden de Dios. Comience sujetándose y buscando a Dios y luego si es hombre, sepa que Dios lo ha establecido como cabeza de su hogar. Ese es su rol y no se sentirá bien hasta que lo desempeñe. Ser cabeza no es ser tirano, pero sí mantener el empuje de su hogar. Si usted es mujer honre a su marido, usted es su ayuda idónea
Y solamente juntos llegarán a cumplir el propósito de Dios. Si usted es hijo/a, honre a sus padres y no desestime sus indicaciones.
Hacer todo esto puede costarle pero en definitiva, si está buscando de Dios esto le llevará a tener grande galardón.
Su hogar será un remanso de paz.
Dios, en su divina sabiduría, estableció un orden para todas las cosas y este orden trae paz y facilita las relaciones interpersonales. Este orden se establece cuando cada miembro cumple las funciones por Él establecidas. El esposo debe someterse a Dios y amar a su esposa como a sí mismo. La esposa debe sujetarse al esposo, honrarlo y respetarlo. Los hijos deben obedecer a sus padres y los padres no abusar de su autoridad con sus hijos. Todo este orden está basado en el amor y en cumplir con la función otorgada. Cuando este orden se altera vemos a padres comportándose como niños, a niños asumiendo el rol de sus padres, a esposas asumiendo el rol de sus maridos y viceversa.
Por más modernos que sean los tiempos, ninguna familia funciona en perfecta armonía y amor cuando no está en el orden de Dios.
Si en su familia todos los roles están invertidos, no se entristezca pero tome la decisión de establecer el orden de Dios. Comience sujetándose y buscando a Dios y luego si es hombre, sepa que Dios lo ha establecido como cabeza de su hogar. Ese es su rol y no se sentirá bien hasta que lo desempeñe. Ser cabeza no es ser tirano, pero sí mantener el empuje de su hogar. Si usted es mujer honre a su marido, usted es su ayuda idónea
Y solamente juntos llegarán a cumplir el propósito de Dios. Si usted es hijo/a, honre a sus padres y no desestime sus indicaciones.
Hacer todo esto puede costarle pero en definitiva, si está buscando de Dios esto le llevará a tener grande galardón.
Su hogar será un remanso de paz.
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