martes, 13 de julio de 2010

¡ESTAMOS FINALIZANDO LA CADENA DE ORACIÓN!

¡Envía Señor, Un Avivamiento en Argentina que transforme Juventud y Familia!

“ … Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros.” (Josué 3:5)

Avanzamos en esta Cadena de Oración por un Avivamiento en Argentina que transforme Juventud y Familia. Esta es la tercer cadena consecutiva que realiza la iglesia (74 días sin interrupción de oración e intercesión).

Este miércoles 14 de julio entregaremos esta cadena en una Gran Fiesta Familiar, a las 20:00 horas, en el templo de Camacuá y Blandengues.

Vos que has sido parte de la intercesión no podes faltar, y no dejes de invitar a familiares y amigos; esta es una cita a la cual no se puede faltar, Dios esta interesado en bendecirnos. Hay una bendición especial para vos y tu familia. ¡No te lo pierdas!

Seguimos enfocándonos en temas relacionados con la oración.

Muchas veces el enemigo intenta resistir la respuesta a nuestras oraciones. Por eso cuando no veamos la manifestación física de nuestras oraciones en acción, eso no significa que Dios no ha contestado. Un ejemplo de esta verdad se encuentra revelado en el libro de Daniel.

Daniel estaba orando a Dios durante tres semanas, buscando entendimiento y guía acerca de una visión que le había sido dada, con relación al futuro de los israelitas. Su respuesta vino después de esas tres semanas, y el ángel que le trajo la respuesta, explicó que las oraciones de Daniel habían sido escuchadas desde el primer día que él comenzó a orar.

El ángel también dijo que había sido enviado como respuesta a las oraciones de Daniel, pero que había sido obstaculizado y detenido mientras peleaba en contra de fuerzas demoníacas que lo estaban resistiendo”.

Por tanto, tal vez no recibamos una respuesta inmediata a nuestras oraciones, debido a la resistencia demoníaca, y vamos a tener que seguir orando e involucrarnos en una guerra espiritual, antes de que podamos ver la respuesta.

“… porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. (Daniel 10:12)

A medida que tú oras e intercedes, recibes la victoria. No hay demonio o principado del infierno que pueda detener el propósito de Dios, para que éste se cumpla.

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