"Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé" (Ezequiel 22:29-30)
Con frecuencia, en nuestros días, el vallado protector alrededor de las familias y las naciones, está en una desastrosa condición.
Dios busca todavía intercesores que puedan vigilar "en la brecha" y ayudar a repararla mediante la oración; alguien que se pare sobre la brecha, y sirva de vínculo entre la misericordia divina y la necesidad humana.
Hay que pasar la barrera de lo inalcanzable por méritos; debemos pedir con fe sobrenatural lo imposible para nosotros.
"Por qué hacer solo lo posible, pudiendo hacer lo imposible con Dios"
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